CC OO y UGT cargan contra el convenio de Uber y Cabify en Madrid tras su inscripción oficial

Desde que se hizo evidente que el Sindicato Libre de Transporte (SLT) y las patronales que manejan los contratos y las licencias de los conductores de Uber y Cabify, Unauto y Aseval, los otros dos sindicatos con representación en la mesa de negociación han mostrado su molestia. Es que tanto desde Comisiones Obreras (CC.OO.) como la Unión General de Trabajadores (UGT) no solo han insistido en los problemas que perciben en el nuevo convenio, y en particular el hecho de que el sindicato mayoritario y las patronales se saltaron lo que en teoría era una línea roja en el acuerdo, 18.000 euros anuales. 

Lo cierto es que la discusión no ha terminado y aunque el nuevo convenio será la base de toda negociación para los trabajadores del sector hasta, al menos, 2026, es lógico que tanto UGT como CC.OO. intenten usar las críticas contra el nuevo convenio para aumentar su representación en el sector, después de todo ambas siguen señalando a SLT directamente como «sindicato amarillo», y en el caso de CC.OO. recientemente los han descrito en redes como «vende obreros». Esto habla de una situación complicada de todo el sector, que sigue buscando un equilibrio con sus conductores.

Al mismo tiempo, es evidente que los conductores de las VTC tienen una ventaja sobre otras plataformas controvertidas de los últimos tiempos. Incluso si hay cosas que criticar en el texto inscrito en el Registro de Convenios Colectivos, Acuerdos Colectivos de Trabajo y Planes de Igualdad, al menos tienen un convenio y un sueldo mínimo que discutir. Al mismo tiempo, el sector del delivery sigue conformado sobre todo por repartidores autónomos, así que es algo más fácil entrar en la conversación de los cambios necesarios sin romper el modelo con el que funcionan actualmente.

UN ACUERDO QUE LLEGA SIN LAS HUELGAS ANUNCIADAS POR LOS CONDUCTORES DE CABIFY Y UBER

En cualquier caso, es fácil entender los motivos de la patronal, y de SLT, para acelerar la firma de un acuerdo. Lo cierto es que cuando las dos partes firmaron el acuerdo que hoy es el convenio del sector de las VTC en Madrid, tanto CC.OO. como UGT estaban dispuestos a ir a una huelga de todo el sector en la ciudad si era necesario para conseguir el aumento deseado en el sueldo mínimo de los conductores. La decisión de resolver el problema fue tomada con el reloj en contra para evitar este parón en los servicios en una ciudad tan importante como Madrid.

En cualquier caso de momento no hay planes para otra protesta de los conductores de la ciudad de momento. Es cierto que este convenio parece haber roto del todo las ya complicadas relaciones entre CC.OO, UGT y SLT con los primeros dos grupos sindicales, asegurando que este último ha firmado el convenio de espaldas a la mesa de negociación formada por los tres sindicatos. 

De cualquier modo, SLT ya ha asegurado que si los otros dos sindicatos deciden buscar mejores condiciones para los conductores de Uber y Cabify en las empresas donde son mayoritarias no se interpondrán. En cualquier caso, es una pieza interesante no solo del rompecabezas que explica la situación económica de los trabajadores, sino también del juego político entre los tres sindicatos que compiten por cada espacio de representación dentro de las empresas cuando se abren. 

LOS SINDICATOS QUE NO COMPARTEN EL CONVENIO INSISTEN EN MEJORAS CON LAS EMPRESAS

Mientras tanto, la sección sindical de UGT en Vecctor, filial de Cabify y que maneja la mayoría de las licencias y contratos del unicornio español, afirma que negociaran directamente para mejorar las condiciones de los trabajadores al considerar insuficiente el convenio actual. La estrategia para ellos no solo se trata de mejorar condiciones para poder aumentar la su representatividad en el sector, sino también para profesionalizar un sector en el que consideran que los trabajadores siguen en situación cuando menos precaria. 

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De momento este proceso apenas está empezando, después de todo hasta hace poco estaban presionando para conseguir un mejor acuerdo para el convenio. Por tanto, esta nueva estrategia puede tardar todavía un tiempo en dar frutos, se suma que aunque tienen estrategias de presión, evidentemente cada uno de estos procesos dependerán de diferentes negociadores y necesidades. Por tanto, lo esperado es que este tipo de negociaciones se sigan extendiendo en el tiempo mientras el convenio esté construido sobre un acuerdo con el que dos de los grupos sindicales no están de acuerdo. 

Será necesario seguir el proceso de cerca para saber qué victorias consiguen estos sindicatos. Pero de momento sé con la publicación del convenio en el Boletín de la Comunidad de Madrid se cierra un capítulo que fue más que complicado para el sector.