La ciudad autónoma de Ceuta, situada en el norte de África, ha sido testigo en los últimos días de una llegada masiva de migrantes a través de la frontera con Marruecos. Esta situación ha generado una gran preocupación tanto en las autoridades españolas como en la población local, poniendo a prueba la delicada relación entre España y el reino alauí.
Las fuentes gubernamentales han descartado que esta oleada migratoria esté siendo fomentada desde Marruecos, como ocurrió en mayo de 2021 durante una crisis diplomática entre ambos países. Por el contrario, se ha destacado la buena colaboración en materia de lucha contra la inmigración y el buen clima que existe en la nueva etapa abierta tras el apoyo del Gobierno español al plan de autonomía marroquí para el Sáhara.
La Presión Migratoria Extrema en Ceuta
La delegada del Gobierno en Ceuta, Cristina Pérez, ha reconocido que la ciudad autónoma está viviendo una situación de presión migratoria «extrema», con una media de intentos de entrada de 500 personas de Marruecos y Argelia al día. Tan solo este pasado domingo lo intentaron 1.500 personas.
Ante esta situación, la media de devoluciones al día oscila entre las 150 y las 200 personas, en virtud del convenio que permite a las autoridades españolas trasladar de regreso a su país a los varones marroquíes que llegan de forma irregular a Ceuta.
Por su parte, el presidente de Ceuta, el ‘popular’ Juan Jesús Vivas, ha señalado que la ciudad autónoma «a día se hoy ha agotado el presupuesto de todo el año» para la atención de menores, ante el incremento de llegadas en los últimos días. Según sus declaraciones, hay ya más de 500 menores no acompañados.
La Necesidad de Medidas Estructurales
Tanto desde Moncloa como desde las autoridades de Ceuta, se ha reconocido la colaboración de Marruecos en el control de fronteras. Sin embargo, Vivas ha apuntado la necesidad de adoptar «desde el punto de vista diplomático otras medidas de carácter estructural para la configuración de su propia frontera que nos ayude a ambos a evitar esta presión».
Estas declaraciones ponen de manifiesto que, si bien la relación entre España y Marruecos parece estar en un buen momento, la llegada masiva de migrantes a Ceuta sigue siendo un desafío complejo que requiere de soluciones a largo plazo y una estrecha cooperación entre ambos países.