La decisión del Gobierno canadiense de imponer un arancel adicional del 100% a las importaciones de vehículos eléctricos provenientes de China ha generado una fuerte reacción por parte del gigante asiático. China ha criticado firmemente estas medidas, calificándolas como un «acto típico de proteccionismo» que se desvía de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, estas acciones «dañan a las empresas canadienses y los intereses de los consumidores» en Canadá, y no son beneficiosas «para la transición climática y la respuesta global contra el cambio climático». China ha exigido a Canadá que respete los acuerdos de la OMC y corrija inmediatamente estas medidas, advirtiendo que tomará «todas las medidas necesarias para garantizar los derechos y intereses legítimos de los negocios chinos».
La Industria de Vehículos Eléctricos Chinos: Una Fortaleza que Canadá Busca Contrarrestar
La industria de automóviles eléctricos de China es el resultado de una innovación persistente y de unas bases industriales y cadenas de suministro bien establecidas, según ha defendido el portavoz chino. Estas «ventajas comparativas» han permitido a las empresas fabricantes de vehículos chinas proporcionar exactamente lo que el mercado necesita.
Sin embargo, el Gobierno canadiense, alineado con Estados Unidos, ha adoptado estas medidas arancelarias con el objetivo de proteger su propia industria de vehículos eléctricos. Los nuevos aranceles del 100% a las importaciones de automóviles eléctricos, camiones, autobuses y furgonetas de reparto provenientes de China entrarán en vigor a partir del 1 de octubre de 2024. Adicionalmente, se aplicará un arancel del 25% a las importaciones de productos de acero y aluminio procedentes de China a partir del 15 de octubre de 2024.
El Impacto de las Medidas Arancelarias: Consecuencias para las Empresas y el Clima
Estas medidas arancelarias impuestas por Canadá se enfrentan a fuertes críticas por parte de China, quien considera que van en contra de las reglas de la OMC y perjudican los intereses de las empresas canadienses y de los consumidores. Además, China ha advertido que estas acciones no son favorables para la transición hacia una economía más sostenible y la lucha global contra el cambio climático.
La decisión de Canadá de imponer estos aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos chinos refleja una compleja dinámica comercial entre ambos países. Mientras Canadá busca proteger su propia industria de vehículos eléctricos, China defiende sus logros en este sector y advierte sobre las consecuencias negativas de estas medidas, tanto para las empresas como para el avance hacia una economía más verde y resiliente ante el cambio climático.