El plazo establecido por el Ayuntamiento para que los afectados por el devastador incendio ocurrido en el barrio de Campanar de Valencia el 22 de febrero dejaran las viviendas de reubicación en la zona de Safranar ha llegado a su fin. Tras seis meses de alojamiento temporal, los propietarios e inquilinos del edificio siniestrado comienzan a regresar a sus rutinas, agradecidos por la oportunidad brindada.
Nancy Ulloa, presidenta de la Asociación de Residentes Afectados por el Incendio de Campanar (Ardic), señaló que «volvemos a la rutina, si Dios quiere». Ana Aguilar, de 88 años, decidió regresar a Campanar, a «su tierra», expresando su contento y gratitud por todo lo vivido. Según los datos del Ayuntamiento, cerca de 85 viviendas utilizadas por las familias afectadas han quedado libres y disponibles para su adjudicación.
Agradecimiento y Ayudas para los Afectados
El concejal de Urbanismo y Vivienda de Valencia, Juan Giner, agradeció públicamente a las familias alojadas el «buen estado» en el que han dejado las viviendas, lo que permitirá una más rápida asignación a nuevos inquilinos de la lista de demandantes de vivienda municipal. Además, recordó a los afectados que pueden beneficiarse de las ayudas al alquiler otorgadas por la Generalitat Valenciana, que van desde 1.000 a 1.500 euros mensuales.
Los afectados tuvieron inicialmente un periodo de tres meses de alojamiento en las viviendas municipales de Safranar, que posteriormente se amplió a otros tres. A principio de la semana pasada, eran 41 las familias que aún residían allí, y ahora 85 pisos han quedado libres. El Ayuntamiento tiene previsto adjudicar estas viviendas para alquiler asequible, algunas de las cuales ya han sido entregadas con ese fin durante este mes de agosto.
Experiencias y Retos de los Afectados
Entre los afectados que han dejado los pisos de reubicación se encuentra José Antonio Enríquez, un ciudadano venezolano de 76 años que llevaba siete residiendo en la finca de Campanar. Enríquez agradeció al Ayuntamiento por haberles concedido esos seis meses de alojamiento, pero rechazó la idea de que, a su edad, este cambio signifique empezar de nuevo. «A los 76 años no se empieza. Se continúa en todo caso», explicó.
Por su parte, Jair Vegas, de 30 años, se va a casa de su pareja, aunque reconoce estar buscando «otras opciones» sin tener claro qué hará. Preguntada por si le gustaría volver al barrio de Campanar, explica que la zona le «encantaba», pero ahora intenta no pasar por los restos del edificio porque se le «rompe el corazón». En Safranar se ha sentido «bastante bien» y «muy agradecida porque nos han dado todas las posibilidades».
Según Nancy Ulloa, algunas familias están gestionando con el Ayuntamiento la posibilidad de quedarse u prolongar su estancia, por ejemplo, hasta que finalicen las reformas en las viviendas nuevas que han comprado o que empiezan su alquiler en unos días. Se trata de casos particulares que afectan a unas cinco familias.
En resumen, los afectados por el devastador incendio en Campanar comienzan a retomar sus vidas, agradecidos por el apoyo brindado por las autoridades y conscientes de los retos que aún enfrentan. La liberación de las viviendas municipales permitirá al Ayuntamiento asignarlas a nuevos inquilinos, mientras que algunos afectados buscan soluciones a medida que se acercan a sus nuevos hogares.