La sandía es una de las frutas más consumidas durante los meses de verano, siendo un símbolo refrescante y saludable en muchos hogares. Su tamaño considerable, sin embargo, ha llevado a que en los supermercados se ofrezcan mitades o cuartos, lo que parece una opción conveniente para muchos. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha emitido una advertencia sobre esta práctica, destacando que, aunque comprar sandía por mitades puede parecer una elección habitual, existen riesgos significativos para la salud que deben ser considerados. A continuación exploraremos en profundidad las razones detrás de esta alerta, los peligros asociados con el consumo de sandía cortada y cómo podemos protegernos al disfrutar de esta deliciosa fruta.
2OCU: Riesgos para la salud al consumir sandía cortada
El principal riesgo asociado con el consumo de sandía cortada es la posible contaminación bacteriana, según informó la OCU. Aunque la sandía es, por naturaleza, un alimento que no suele asociarse con intoxicaciones alimentarias, su manipulación incorrecta puede convertirla en un peligro. La exposición al aire y al entorno externo no solo afecta la frescura de la fruta, sino que también crea un ambiente favorable para el crecimiento de microorganismos. Entre los más preocupantes se encuentra la Salmonella, una bacteria que puede provocar salmonelosis, una infección que se manifiesta con síntomas como fiebre, diarrea y vómitos.
La higiene es fundamental cuando se trata de manipular alimentos, y la sandía no es la excepción. La OCU subraya la importancia de que las sandías cortadas sean consumidas rápidamente o almacenadas en condiciones adecuadas, es decir, en un entorno refrigerado y limpio. No obstante, la realidad en muchos supermercados es que estas mitades de sandía no siempre se almacenan de forma óptima. Es común verlas expuestas a temperatura ambiente durante horas, especialmente en días calurosos, lo que incrementa el riesgo de contaminación.