Es la misma estrategia del año pasado, y aunque no ayudo con los reclamos de los vecinos, sí que mejoró la reacción de los usuarios al festival. El Mad Cool una vez más recibe los comentarios de los asistentes para definir que áreas deben mejorar para el 2025, año en el que esperan repetir la fecha a principios de julio y el recinto ‘Iberdrola Music’ en Villaverde. Lo cierto es que la edición de este año ha sido una de las más aplaudidas en cuanto a organización, y esto se ha traducido en respuestas mucho más amables que las de la edición pasada, al menos de aquellos que compraron su entrada.
De los comentarios hechos en público, si hay un reclamo frecuente es el problema durante el set de Bring Me The Horizon. El grupo de metal alternativo, uno de los visitantes más frecuentes del festival, tuvo problemas para iniciar su set por errores de las pantallas y esto lo terminó recortando. Pero no hay grandes quejas como el año pasado en los que la mala distribución de los baños, la sobreventa de entradas y la falta de organización en el transporte eran los principales comentarios que se leían sobre el festival, incluso más que la música.
Pero estas mejoras no han servido para que los vecinos se sientan más cómodos, ni para que el ayuntamiento de Getafe deje de expresar su molestia con el evento y el recinto, más conocido como ‘Espacio Mad Cool‘, que se espera, reciba varios festivales durante el resto del año una vez este más establecido. Al mismo tiempo, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid han mostrado su respaldo al festival, señalando lo valioso que es para la capital no solo a nivel económico sino también cultural.
En el fondo son dos peleas separadas, pero es evidente que desde el festival se ha decidido resolver el problema de la comodidad de sus asistentes. En cualquier caso a pesar del enfrentamiento con el Mad Cool no ha habido grandes críticas desde Getafe a la Coca Cola Music Experience, un evento que se realizará directamente en espacio del ayuntamiento, específicamente en el recinto ‘John Lennon’ que también tiene zonas residenciales cerca, y comparte el problema de la distancia entre las paradas de transporte público y el espacio para conciertos.
UN MAD COOL QUE, POR FIN, EMPIEZA A ALEJARSE DE CONTROVERSIAS
A pesar de la pelea eterna de los vecinos que se han quejado, quienes siguen prefiriendo que no se haga eventos de ningún tipo cerca de sus casas, es evidente que el evento de este año ha sido un paso clave del festival para consolidarse en su nuevo hogar. Aunque lo sucedido durante la presentación de Bring Me The Horizon y algunas críticas por el sonido durante las presentaciones de Pearl Jam o la canadiense Avril Lavigne, no ha sido el caos de otros años.
Lo cierto es que varias apuestas han permitido al Mad Cool alejarse de las grandes controversias de los primeros años. Reducir el total de entradas disponibles para cada día, apostar por el transporte público y dejar de lado empresas como Uber o Cabify y mejorar la distribución de los baños, fueron peticiones de los usuarios que han escuchado, y será llamativo saber cuál será la apuesta para resolver los problemas de este. El ser dueños del espacio además permite que eviten problemas como la expansión del IFEMA que terminó echándolos del recinto de Valdebebas.
En cualquier caso, la duda actual es si una vez que el festival se sienta cómodo en su nuevo recinto, se retomará la idea de que se use para más que el Mad Cool. En 2023 se realizó allí el concierto de Harry Styles, pero los otros eventos que debían usar ese espacio no pudieron llevarse a cabo finalmente. Es que si los vecinos ya tienen problemas con los 4 días del festival que se sumara otro o incluso la simple presencia de otros conciertos masivos en el espacio puede revivir los peores momentos de fricción.
CLAVE PARA EL VERANO DE MADRID
Lo que es evidente es que Madrid sigue defendiendo el evento. No es solo que deja 46 millones de Euros en la ciudad, sino que en su esfuerzo de ser una de las grandes capitales de Europa necesita tener un festival de gran envergadura, como lo tienen Barcelona y Londres. Es problema sigue siendo que es complicado ubicar un evento de esta envergadura sin tener problemas con los vecinos en una ciudad como Madrid, como lo han demostrado los varios intentos del propio Mad Cool.
