Todo el verano dando vueltas a lo mismo para plantarse al final del mismo con una buena solución: Carlos Fernández pondrá rumbo al Getafe y desbloquea la operación con la Real Sociedad. Una circunstancia que se le ha atragantado y a la que había que buscar de manera urgente una salida, como puede está cerca de cerrarse.
Un Carlos Fernández que venía con ofertas de Segunda, como la del Granada, entre otras, así como Las Palmas en Primera. Pero que sólo se harían cargo de una parte de su ficha, y eso en la Real no lo terminan de ver claro. Al final, el que ha ejercido de maestro de ceremonias ha sido un Getafe que ha encontrado en Carlos Fernández el sustituto a Borja Mayoral.
El Getafe se hará cargo de Carlos Fernández
Es verdad que al atacante sevillano no le faltaban pretendientes. Pero el escenario dista de ser el soñado por la entidad ‘txuri urdin’, cuya gran ambición no es otra que recuperar el máximo dinero posible de los 10 millones de euros invertidos en día para sacarlo del Sevilla FC.
Tres años y medio después, el fichaje de Carlos Fernández ha distado mucho de ofrecer los frutos esperados, pero del que ha sido el Getafe el que ha acudido al rescate para la Real Sociedad, e indirectamente, también hacia el Sevilla. Con todo, los azulones están dispuestos a ofrecerle una oportunidad, pero sin afrontar un traspaso.
Cesión con opción de compra
Así, la fórmula que se baraja es la de una cesión con opción de compra, buscando desde San Sebastián que la misma pase a ser obligatoria en caso de permanencia en la máxima categoría. Con las negociaciones en fase embrionaria, no se le ha puesto aún precio a dicha opción.
Aunque ya se apunta que no llegará ni a la mitad de los 10 kilos que costó en su día. Cabe recordar en este sentido que la web especializada Transfermarkt valora a Carlos Fernández en 1,5 millones de euros. También apareció el Granada en su busca, donde ya jugó a los pies de la Alhambra. Entonces, anotó 14 goles entre todas las competiciones y fue la referencia ofensiva del Granada CF en aquel curso. Un fichaje deseado y que, por desgracia para los nazaríes, no se producirá.