Bulnes, conocido como el pueblo más inaccesible de España, es una joya oculta en Asturias, enclavada en pleno Parque Nacional de los Picos de Europa. Este pequeño y pintoresco pueblo, que apenas cuenta con una treintena de habitantes, es un lugar que parece detenido en el tiempo, ofreciendo a sus visitantes una experiencia única de desconexión total. El lugar se ha dado a conocer gracias a intrépidos viajeros y creadores de contenido que se han aventurado a viajar para descubrirlo.
Hasta el año 2001, Bulnes solo era un pueblo accesible a pie por una empinada y serpenteante senda desde Poncebos, atravesando desfiladeros y paisajes impresionantes. Aunque ahora se puede acceder al pueblo mediante un funicular que atraviesa la montaña, muchos viajeros siguen optando por la ruta original para disfrutar del esfuerzo y la recompensa que supone llegar caminando.
El entorno natural de Bulnes es simplemente espectacular. Rodeado de montañas imponentes y atravesado por el río Tejo, el pueblo ofrece vistas panorámicas que dejan sin aliento. Es el punto de partida ideal para los amantes del senderismo, con rutas que llevan a lugares icónicos como el Naranjo de Bulnes, también conocido como Picu Urriellu, una montaña que es un símbolo de la escalada en España.
Un encanto de pueblo
Lo que hace que Bulnes sea tan especial no es solo su inaccesibilidad, sino también su autenticidad. Sus casas de piedra, sus calles estrechas y empedradas, y la tranquilidad que se respira en cada rincón, permiten al visitante experimentar la esencia de la vida rural asturiana. En este pueblo no hay grandes comodidades ni lujos, pero eso es precisamente lo que atrae a quienes buscan una escapada auténtica y un contacto directo con la naturaleza.
En cuanto a la gastronomía, Bulnes ofrece algunos restaurantes y bares donde se puede degustar la rica comida asturiana. No puedes irte sin probar un buen plato de fabada asturiana o un cachopo, acompañado de sidra, por supuesto. Sin duda alguna, este es un plan que debes hacer sí o sí si vives en España.
