En un escenario económico global incierto, el sector exportador español se enfrenta a importantes retos que ponen en duda su capacidad de impulsar el crecimiento económico del país en los próximos años. Tanto el Club de Exportadores e Inversores como la Associació Multisectorial d’Empreses (Amec) han expresado su preocupación ante la caída de las exportaciones de productos españoles durante el primer semestre de 2023, lo que podría dificultar el cumplimiento de las previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para 2024.
Según los datos presentados, las exportaciones españolas de productos se redujeron un 2,4% en el primer semestre del año en comparación con el mismo período de 2022, alejándose del récord histórico alcanzado el año pasado. Esta tendencia negativa, si bien muestra ciertos signos de recuperación en algunos meses, ha llevado a las organizaciones a advertir sobre la posible mayor caída en volumen de exportaciones que en valor, lo que supondría un escenario aún más desafiante para el sector.
Preocupación por la Pérdida de Competitividad Internacional
Una de las principales preocupaciones expresadas por los exportadores es la pérdida de competitividad de las empresas españolas en los mercados europeos, donde se concentra gran parte de su superávit comercial. Según advierten, las subidas de precios en España les hacen menos competitivos en comparación con otros países, lo que podría dificultar el mantenimiento de sus cuotas de mercado en el exterior.
Además, los exportadores señalan que la concentración de las exportaciones en tan solo 1.000 empresas durante los últimos 25 años pone en evidencia la necesidad de ampliar la base exportadora española, facilitando que un mayor número de empresas puedan aumentar su tamaño y, por lo tanto, su capacidad de competir en los mercados internacionales.
Llamado a la Acción para Fortalecer la Competitividad
Ante este panorama, tanto el Club de Exportadores e Inversores como la Associació Multisectorial d’Empreses (Amec) han realizado un llamado a las autoridades para que adopten medidas de apoyo empresarial que aporten estabilidad y certidumbre, reduzcan la presión fiscal sobre las empresas e incentiven la inversión.
Estos organismos consideran que estas acciones serán fundamentales para impulsar el crecimiento del sector exportador y evitar la pérdida de competitividad internacional, lo que, en última instancia, podría tener un impacto negativo en las perspectivas de crecimiento económico del país.
Asimismo, desde Amec se resalta la importancia de mantener un tejido industrial diversificado para obtener una mayor resiliencia frente a las fluctuaciones del mercado, especialmente en un contexto internacional caracterizado por la incertidumbre y los desafíos.
En conclusión, el sector exportador español se enfrenta a una coyuntura económica compleja que requiere de una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades y las propias empresas. Sólo así podrán fortalecerse y mantener su papel como motor del crecimiento económico nacional en los próximos años.