Este mes de agosto, para muchos, llegan las vacaciones y el viaje de verano. Pero también el período del año en el que más desplazamientos se producen.
Nos disponemos a poner rumbo a nuestro destino, pero antes le damos unas cuantas vueltas a nuestro equipaje para que nada se olvide. Parece que lo tenemos todo. Pero a veces se nos olvida que, más allá de comportamientos o de cumplir las señales en carretera, debemos vigilar nuestro coche (y a nosotros mismos) para ese ansiado viaje de verano.
REVISA LOS NEUMÁTICOS EN TU VIAJE DE VERANO: EL MAL ESTADO O BAJA PRESIÓN CAUSA EL 55% DE LOS ACCIDENTES
Puede que lo hayas hecho, pero ¿y los neumáticos? Se trata del componente más importante, ya que es lo único que nos mantiene en contacto con el asfalto. Precisamente, un mal estado y presión de las ruedas está detrás del 55% de los accidentes con víctimas.
Así lo ha asegurado Carwow, que ha indicado que este (y otros tipos de revisión) deben realizarse con más frecuencia en un viaje de verano. El motivo principal reside en que las altas temperaturas influyen en el comportamiento de los neumáticos, ya que su nivel de degradación aumenta considerablemente. Pero hay más factores que hay que cuidar al volante.
EL CALOR DELATA QUE EL COCHE NO SE HA REVISADO
Es así que principales averías durante el viaje de verano se deben a la falta de mantenimiento del coche. Es precisamente el calor el que mejor delata que el coche no ha sido supervisado correctamente.
Si no llevas el coche a las revisiones aconsejadas por el fabricante, es posible que los líquidos (aceite, refrigerante, líquido de frenos…) no estén en el nivel medio aconsejado por el fabricante, y es entonces cuando los elementos mecánicos pueden empezar a fallar.
La presión de los neumáticos, la carga de la batería, el estado del aire acondicionado, el electroventilador o el cambio de los filtros son otros elementos claves que son necesarios revisar cuando conduzcas con calor.
ROPA FRESCA AL CONDUCIR, SÍ; PERO QUE SUJETEN AL VOLANTE
Sabemos, claro, que la playa invita al uso de prendas cortas y calzado ligero en nuestro viaje de verano.
Es por ello que muchos de nosotros montamos en el coche equipados con un look excesivamente casual para la conducción. ¡Error!
Hay que tener en cuenta que, a la hora de conducir, es necesario utilizar zapatos cómodos y bien ajustados al pie. O lo que es lo mismo; debemos evitar el uso de chanclas u otro tipo de opciones que, si bien te resultan fresquitas, no se sujetan adecuadamente y pueden resultar peligrosas.
Ten en cuenta que, si el calzado no se mantiene fijo, corres el riesgo de que tu zapato se deslice entre los pedales de tu coche. A ello se le suma la correspondiente multa por el uso de calzado no autorizado…
Con respecto a las prendas, lo ideal es que sean muy confortables, facilitando la libertad de movimientos. Teniendo en cuenta el calor, también es recomendable que sean ligeras, fresquitas. Eso sí: hay que evitar ropa ajustada, que puede resultar incómoda durante la conducción. Y, por supuesto, ¡no conduzcas sin camiseta o solo con bañador! Tu asiento o el cinturón de seguridad podrían provocarte roces o, incluso, quemaduras.
SIÉNTATE CORRECTAMENTE
Esto también se centra a la hora de sentarnos. Y es que apoyar los pies en el salpicadero delantero o tumbarse en el asiento trasero, incluso llevando el cinturón abrochado puede resultar extremadamente peligroso en caso de accidente.
Si se produce una colisión frontal, la más habitual cuando hay retenciones, el airbag se convierte en un arma de doble filo ya que aplasta al copiloto contra el asiento doblando el tronco en una posición que puede ocasionar graves lesiones o incluso la muerte. Asimismo, viajar tumbado puede provocar el llamado ‘efecto submarino’ y quedar atrapado en caso de accidente.
EVTA VIAJAR EN LAS HORAS CENTRALES
Viaja de día, pero evita las horas centrales del día. En la época de los viajes de verano, las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 de la tarde, son las más calurosas y soleadas.
Las altas temperaturas y los rayos del sol pueden provocar somnolencia y fatiga, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Por ello, es preferible viajar de día, pero evitar las horas centrales.