La DGT no encuentra salida: persiste el problema del exceso de velocidad y las multas no son la solución

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La velocidad excesiva sigue siendo una preocupación principal para la Dirección General de Tráfico (DGT), a pesar de las continuas campañas de concienciación y las severas sanciones impuestas. Una reciente operación de control reveló que un alarmante 5,5% de los conductores aún exceden los límites de velocidad establecidos, resultando en casi 53.000 multas en tan solo una semana. Este comportamiento no solo pone en riesgo la vida de los infractores, sino también la de otros usuarios de la vía. La persistencia de esta conducta temeraria, especialmente en vías rápidas, ha llevado a un aumento significativo en los accidentes mortales, planteando serias preguntas sobre la eficacia de las multas y la necesidad de nuevas estrategias para combatir este peligroso hábito. A continuación te contaremos cómo planea abordar la DGT esta problemática.

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La tecnología: ¿Aliada o enemiga de la seguridad vial?

La tecnología: ¿Aliada o enemiga de la seguridad vial?

En la era digital, la relación entre la tecnología y la seguridad vial se ha vuelto cada vez más compleja. Por un lado, los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de vehículos más seguros, con sistemas de frenado más eficientes y asistentes de conducción que pueden prevenir accidentes. Por otro lado, algunas aplicaciones y dispositivos están siendo utilizados para eludir los controles de velocidad, planteando nuevos desafíos para las autoridades de la DGT

El uso generalizado de aplicaciones móviles y GPS que alertan sobre la presencia de radares ha generado una falsa sensación de seguridad entre muchos conductores, según informó la DGT. Estos creen que reduciendo la velocidad puntualmente en los puntos de control conocidos es suficiente para evitar multas y conducir de manera segura. Sin embargo, esta práctica no solo es peligrosa sino también ineficaz a largo plazo.

La DGT advierte que confiar exclusivamente en estas aplicaciones puede ser contraproducente por varias razones. En primer lugar, siempre existe la posibilidad de encontrarse con radares nuevos o puestos de vigilancia móviles que no estén registrados en estas apps. Además, la práctica de acelerar y desacelerar constantemente en función de las alertas recibidas puede ser en sí misma un factor de riesgo, especialmente si los vehículos que nos siguen no mantienen la distancia de seguridad adecuada.