La Real Federación Española de Fútbol pagó 1,8 millones de euros al ex seleccionador femenino Jorge Vilda tras su despido en septiembre de 2023 para evitar ir a juicio. La intención inicial de la Federación era pagarle hasta el momento de su desvinculación, pero la oferta de renovación que Luis Rubiales le hizo en público ante la asamblea federativa, en la que se le prometía un contrato de cuatro años cobrando medio millón de euros por temporada, complicó las cosas.
Jorge Vilda se acogió al Estatuto de los Trabajadores y a las normas internas de la RFEF, argumentando que reconocían la vigencia de los contratos verbales, y exigió que se admitiese que su despido era improcedente al haber logrado los objetivos deportivos que se fijaron.
La RFEF pagó a Jorge Vilda 1,8 millones de euros tras su despido para evitar ir a juicio
La intención inicial del organismo al dejar de contar con los servicios del entrenador madrileño era pagarle desde que asumió las riendas de la Selección hasta el final de su contrato, que expiraba en 2024. Sin embargo, la oferta de renovación que Rubiales le extendió en su última Asamblea como presidente complicó el asunto, según la información de Relevo.
Rubiales, entonces presidente de la RFEF, ofreció a Jorge Vilda seguir a los mandos de la campeona del mundo cuatro años más con un salario de medio millón de euros por temporada. Una propuesta que nunca llegó a ponerse sobre el papel ni a firmarse. Aun así, el actual seleccionador de Marruecos reclamó el año restante de su contrato mas todo lo que Rubiales le había planteado durante su discurso.
Era seleccionador y director deportivo de la selección femenina a la vez
Vilda era seleccionador y director deportivo de la sección de fútbol femenino de la RFEF a la vez. El citado medio indica que este doble cargo podría ser la causa de la alta prima que Vilda cobró, aunque en Las Rozas nadie aclara la situación.
A todo esto, Vilda también recibió de parte de la RFEF un total de 1,8 millones de euros como indemnización, con Pedro Rocha como presidente, para evitar a ir a juicio por su despido. Por ello, la RFEF decidió llegar a un acuerdo con el técnico para desembolsarle 1,8 millones de euros brutos y admitir el despido como improcedente.