La compañía automotriz Rivian se ha visto obligada a detener temporalmente la producción de la furgoneta comercial que fabrica para el gigante del comercio electrónico Amazon, debido a la escasez de piezas en su cadena de suministro. No obstante, la fabricación del modelo R1 y sus todoterrenos eléctricos no se ha visto afectada.
Según la empresa, la interrupción temporal en su planta de Illinois (Estados Unidos) comenzó a principios de este mes de agosto, sin especificar qué componentes escasean en las líneas de producción. Sin embargo, Rivian espera recuperar la producción perdida en las últimas semanas y cumplir con sus objetivos de fabricación para este año.
Aumento de Producción para Hacer Frente a la Creciente Demanda
Esta pausa en la fabricación de las furgonetas para Amazon supone un nuevo desafío para Rivian, que se encuentra trabajando para aumentar la producción de su gama de vehículos eléctricos a lo largo de los próximos meses. La compañía espera hacer frente a una demanda que se prevé creciente durante los ejercicios venideros.
A pesar de la interrupción, Rivian ha acumulado un excedente de furgonetas de reparto en su planta, que están a la espera de ser entregadas a Amazon en el marco del acuerdo firmado entre ambas empresas. Actualmente, ya hay unos 15.000 vehículos en servicio en Estados Unidos.
Expansión en Europa y Cautela en China
Por otro lado, el CEO de Rivian, RJ Scaringe, ha comprometido la expansión de la marca en el mercado europeo a partir de 2026, cuando tendrá en su catálogo hasta tres modelos. Sin embargo, el directivo ha mostrado cautela ante el desembarco en China, debido a la fuerte competencia en el país, subsidiada por el Gobierno de Xi Jinping.
Scaringe también ha advertido sobre el «entorno actual extremadamente competitivo en cuanto a precios», criticando la competencia por debajo de costes que ha provocado la quiebra de varias automotrices en los últimos años, como el caso más reciente de Fisker.
A pesar de estos desafíos, Rivian mantiene su objetivo de producir 57.000 vehículos eléctricos este año, en línea con los niveles previstos para 2023. No obstante, la compañía sigue perdiendo miles de dólares por cada coche que fabrica, con una pérdida estimada en torno al 39% sobre el precio de venta de cada automóvil eléctrico.