El análisis realizado por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) arroja datos preocupantes sobre la capacidad de las personas trabajadoras en España y la Unión Europea para disfrutar de unas vacaciones fuera de casa.
Según los datos, el 17,8% de los trabajadores españoles no pueden permitirse unas vacaciones de al menos una semana, lo que supone un aumento del 1,8% con respecto al año anterior. A nivel europeo, la cifra alcanza los 40 millones de personas, dos millones más que en 2021.
Estos datos reflejan una tendencia inquietante de creciente desigualdad económica que está afectando gravemente al bienestar y la calidad de vida de millones de trabajadores en toda Europa. Mientras los márgenes empresariales se mantienen altos, impulsados por la inflación, los salarios reales se ven seriamente erosionados, dificultando que los trabajadores puedan disfrutar de derechos básicos como unas vacaciones merecidas.
El Impacto de la Inflación y la Codicia Corporativa en las Vacaciones de los Trabajadores
Según el análisis, el mayor aumento de personas que no pueden permitirse unas vacaciones se ha producido en Francia, aunque Italia sigue siendo el país con mayor número de trabajadores (más de 6 millones) cuyos salarios no les permiten pagar una semana de descanso. Porcentualmente, Rumanía (36%), Chipre (25%) y Grecia (25%) encabezan la lista de países con mayor proporción de trabajadores en esta situación.
Las perspectivas para 2023 y 2024 se anuncian aún más sombrías, ya que el aumento de los precios de los costes vacacionales y la caída de los salarios reales en toda la UE debido al alza de la inflación producida por el incremento de los márgenes empresariales auguran una agravación de la situación.
El Llamado a Abordar la Desigualdad y Garantizar los Derechos de los Trabajadores
Desde el sindicato, se lamenta que «este es el resultado del aumento de la desigualdad económica que la codicia corporativa está produciendo y que se deja ver en multitud de circunstancias diarias, desde el acceso a una vivienda digna, la imposibilidad de proteger sus hogares contra las altas temperaturas o el disfrute de las vacaciones a las que todos tenemos derecho».
Esta situación pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar la creciente desigualdad y garantizar que los trabajadores puedan acceder a derechos básicos como unas vacaciones adecuadas, independientemente de su nivel de ingresos.