La implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en muchas ciudades españolas ha hecho que el distintivo medioambiental emitido por la Dirección General de Tráfico (DGT) se convierta en un requisito esencial para circular sin restricciones. Estas etiquetas, que clasifican a los vehículos según su eficiencia energética y su impacto ambiental, han generado controversias desde su introducción en 2016. Recientemente, la DGT ha admitido errores en la asignación de estas etiquetas, obligando a miles de conductores a costear correcciones que pueden alcanzar los 160 euros. A continuación te contaremos cuál fue el error de la DGT que puede costarte un dineral aunque tengas el coche en regla.
2El reconocimiento del error y sus consecuencias para los conductores
Recientemente, la DGT ha reconocido que su sistema de asignación de etiquetas medioambientales ha cometido errores que han afectado a miles de conductores en toda España. Aunque la institución ha comenzado a tomar medidas para corregir estos fallos, el proceso no es ni sencillo ni gratuito para los afectados.
Para rectificar una clasificación incorrecta, el primer paso que debe seguir un conductor es obtener la ficha técnica del vehículo, donde se detalla el tipo de homologación otorgado. Este documento es esencial para comprobar si el vehículo ha sido mal clasificado. Si se detecta un error, el siguiente paso es acudir al concesionario de la marca para solicitar un certificado de emisiones, que servirá como prueba ante la DGT para corregir la etiqueta medioambiental asignada.
El proceso para obtener este certificado puede ser costoso, oscilando entre los 100 y 150 euros, dependiendo del fabricante. Este gasto, que en teoría debería haber sido evitado si la DGT hubiese asignado correctamente las etiquetas desde un principio, recae ahora en los conductores. Además, una vez obtenido el certificado, el conductor debe presentarlo en una de las jefaturas de la DGT, donde se le cobrará una tasa adicional de 8,50 euros por el reetiquetado del vehículo.
Este proceso no solo es costoso, sino también burocráticamente complicado, lo que ha generado un malestar considerable entre los conductores afectados. A pesar de que la DGT ha reconocido su error, la institución no ha anunciado ningún plan para reembolsar los costos incurridos por los conductores en la rectificación de las etiquetas.
