‘Terminator II’, la película que marcó el estilo de hacer cine de acción en los años noventa

En el cine se suele decir que segundas partes nunca fueron buenas. Pero en el caso de la saga ‘Terminator’ ese dicho popular perdió el sentido. Y es que la segunda parte de la obra. pensada e inspirada por el conocido director James Cameron, un auténtico creador de Taquillazos y un fanático de los efectos especiales, fue un exitazo de crítica y taquilla.

Según el propio director la idea de crear la película vino en un sueño de una noche calurosa de verano durante los años ochenta. Cameron soñó con un esqueleto de cromo saliendo de una bola de fuego. Una idea que se transformó en un cyborg de aspecto humano y que dio paso a una serie de películas claves en la historia del cine de ciencia ficción.

Postapocalípticas, violentas y un estímulo para el sentido visual las dos primeras películas de ‘Terminator’ devolvieron las colas a las taquillas de los cines. Pero vamos a centrarnos en la segunda entrega que fue estrenada allá por el lejano 1991. Hacerse con una entrada para ver el film en los cines de España era bastante difícil. El malvado terminator interpretado por Arnold Schwarzenegger en 1984 en nada se parece al de la segunda parte. En la que se vuelve rockero al compás de los californianos Guns N’ Roses, que ayudan con su música al ritmo trepidante de la obra.

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Una de las espectaculares persecuciones de la película

Arnold Schwarzenegger en su momento cumbre

En la segunda entrega Schwarzenegger deja su papel de villano, era ya una auténtica super estrella del cine acción y ser malo no le pegaba, para convertirse en uno de los mejores héroes de la historia del cine. En ‘Terminator II’: El juicio final’ el actor ya no quiere alterar la línea temporal y cambiar la historia matando al líder de la revolución contra las máquinas. Ahora todo lo contrario, es enviado desde el futuro para salvarlo de otro terminator más evolucionado y más potente que el interpretado por el actor de origen austriaco.

Para el actor fue el mejor personaje de su carrera y el que lo consolidó dentro del star system norteamericano y como referencia definitiva del cine de acción de los 90. Su alter ego, el terminator malo, fue interpretado por un desconocido por aquel entonces Robert Patrick que antes había participado en ‘La jungla de Cristal’. Para el papel de Sarah Connor repitió Linda Hamilton, un papel que también evolucionó. Pasando de ser una chica asustadiza con miedo a una mujer con carácter y preparación militar dispuesta a todo con tal de salvar a su hijo. El de hijo interpretado por un inexperto Edward Furlong, que luego hizo papeles similares de hijo descarriado.

Sarah Connor In Terminator 2
Linda Hamilton en el papel de Sarah Connor

La película fue la más cara de la historia en su momento con 102 millones de dólares de presupuesto, 6 de ellos fueron para pagar el trabajo de Cameron y 12 la actuación de Schwarzenegger, que solo dice 700 palabras durante el filme. Todo el dinero fue bien invertido pues durante ese año de 1991 la obra recaudo más de 700 millones dólares en la taquilla.

EFECTOS ESPECIALES HISTÓRICOS

Mención a parte para destacar los efectos especiales del film, que a buen seguro se llevaron gran parte de esa inversión. A su favor hay que decir que se notan durante toda la obra. Son un festín para los sentidos. Efectos pirotécnicos, persecuciones, tiroteos, violencia todo bajo la influencia de otra película de ciencia ficción rodada por Cameron, ‘Abyss’. Hay que decir que los efectos especiales solo ocupan cinco minutos en el metraje de la película, aunque da la sensación de vivir en ellos de forma constante.

Fueron unos efectos especiales nunca antes vistos y que marcaron las películas de acción de los 90. Filmes como ‘La roca’, ‘Speed’ o ‘Mentiras arriesgadas’ imitan bastantes elementos de la obra de Cameron. Especialmente los nuevos procesos digitales que la película añade al cine. Gracias a ellos la diferencia entre los efectos y la interpretación de los actores se diluye y se alcanzan cuotas absolutas de realismo y nuevos horizontes para la realización de películas.

Entre las críticas que recibió la película fue la de ser excesivamente violenta, algo que el propio director negó. «Hay más muertes en cualquier film de ‘Indiana Jones’, comprueben ustedes mismos», afirmó el afamado cineasta para defenderse de esas acusaciones por parte de algunos críticos de cine. A esta segunda parte le siguieron cuatro secuelas, un producto que normalmente funciona bien en taquilla y que últimamente tiene como objetivo luchar contra las malas artes que pueden surgir del uso de la inteligencia artificial.

Nada que ver con aquellas colas kilométricas en los cines de Madrid a principios de los noventa, con la gente diciendo: «Sayonara Baby», algo que solo se hizo en la versión española, con los riffs de guitarras de Guns N’ Roses y con un mundo que entraba en otra época tras la caída del bloque soviético.

Final de la película