Es fácil caer en la trampa de las excusas cuando se trata de hacer ejercicio. Todos hemos pasado por esos días en los que, de repente, cualquier motivo parece suficientemente bueno para saltarse el entrenamiento. ¿Pero qué pasa cuando esas excusas se vuelven tan comunes que ni siquiera nosotros mismos nos las creemos? Hoy te presentamos las cinco excusas más comunes para no hacer ejercicio y cómo darles la vuelta para que no se conviertan en un obstáculo en tu camino hacia una vida más activa. Recuerda, la clave está en priorizar, ser creativo y mantener la constancia.
4«Tengo muchas agujetas»
Las agujetas pueden ser un recordatorio doloroso de un entrenamiento intenso, pero no deberían ser una excusa para dejar de moverte. Aunque tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse, eso no significa que debas quedarte inmóvil. Los días de recuperación activa, como una caminata ligera o ejercicios de movilidad, pueden ayudar a mejorar la circulación y acelerar la recuperación. Además, mantener el movimiento suave puede aliviar la rigidez y reducir la duración de las agujetas.