Es fácil caer en la trampa de las excusas cuando se trata de hacer ejercicio. Todos hemos pasado por esos días en los que, de repente, cualquier motivo parece suficientemente bueno para saltarse el entrenamiento. ¿Pero qué pasa cuando esas excusas se vuelven tan comunes que ni siquiera nosotros mismos nos las creemos? Hoy te presentamos las cinco excusas más comunes para no hacer ejercicio y cómo darles la vuelta para que no se conviertan en un obstáculo en tu camino hacia una vida más activa. Recuerda, la clave está en priorizar, ser creativo y mantener la constancia.
1«No tengo tiempo»
La reina indiscutible de las excusas. Decir que no tienes tiempo para hacer ejercicio es una forma de evitar la responsabilidad de priorizar tu salud. Todos tenemos días ocupados, pero si analizas cómo pasas tu tiempo, seguro que puedes encontrar momentos para moverte. ¿Cuántas veces has pasado horas en las redes sociales sin darte cuenta? Un buen truco es dividir tu entrenamiento en bloques de 10 o 15 minutos. Puedes hacer un mini-entrenamiento en la pausa para el café, en el descanso de la comida o antes de dormir. Cada pequeño esfuerzo suma, y al final del día habrás completado tu sesión sin necesidad de largas horas en el gimnasio.
