El teléfono móvil se ha convertido en una extensión de nuestro cuerpo, un acompañante inseparable en nuestro día a día. Sin embargo, su uso en ciertas situaciones puede acarrear graves consecuencias. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha comenzado a multar a los conductores no solo por su uso al volante, sino también por emplearlo en áreas de servicio, específicamente en gasolineras. El motivo: evitar riesgos potencialmente catastróficos. En este artículo desglosaremos las razones detrás de esta normativa y lo que la ley establece al respecto.
1DGT: El riesgo oculto del uso del móvil en gasolineras
Cuando pensamos en riesgos asociados al uso del teléfono móvil, lo primero que nos viene a la mente es la conducción distraída. No obstante, pocos conocen el peligro que conlleva el uso del móvil en áreas de servicio, particularmente en gasolineras. Estas zonas son altamente inflamables debido a la presencia de combustibles, y cualquier chispa, incluso la generada por un dispositivo móvil, podría desencadenar un incendio o explosión. La DGT, consciente de este peligro, ha reforzado la normativa que prohíbe el empleo de teléfonos móviles mientras se reposta combustible.
El Reglamento General de Circulación, en su artículo 115, deja claro que para cargar combustible, el motor del vehículo debe estar apagado, al igual que los sistemas eléctricos como la radio y, por supuesto, los dispositivos emisores de radiación electromagnética, como los teléfonos móviles. Esta medida de la DGT busca minimizar cualquier riesgo de ignición en un entorno tan delicado como una gasolinera.
El incumplimiento de esta normativa se considera una infracción grave, lo que puede traducirse en una multa de hasta 200 euros. A pesar de la aparente sencillez de esta regla, su incumplimiento sigue siendo frecuente, en gran parte debido a la falta de conocimiento de los conductores sobre los riesgos reales y las consecuencias legales.