Toyota, el mayor fabricante de vehículos a nivel mundial, ha emitido una orden correctiva este viernes donde se compromete con las autoridades japonesas a fortalecer la supervisión de la certificación de sus vehículos. Esto con el objetivo de evitar nuevas sanciones después de la crisis de seguridad que han enfrentado algunos de sus modelos en los últimos meses.
La compañía asegura que tomará medidas para mejorar sus procesos de producción, incluyendo una mayor participación de los gerentes en el ensamblaje, la asignación de más personal a tareas de certificación y la aclaración de responsabilidades de puestos clave como el de ingeniero jefe.
Modelos Afectados y Suspensión de Producción
A principios de junio, el grupo automotriz advirtió que siete modelos se vieron afectados por irregularidades en las pruebas de seguridad de sus vehículos. Esto en el marco de una investigación dirigida por el Ministerio japonés de Transporte y Turismo, que solicitó a los fabricantes del país una revisión de todas las solicitudes de certificación realizadas en la última década.
En el caso específico de Toyota, fueron siete los modelos afectados que solo se venden en Japón. Sin embargo, dos de ellos, el Toyota Yaris Cross y el Lexus RX, también se venden en Europa. Afortunadamente, debido a las diferentes especificaciones y sistemas de homologación, estas unidades distribuidas en el viejo continente no se verán afectadas.
Actualmente, Toyota ha paralizado la comercialización del Corolla Fielder, el Corolla Axio y el Yaris Cross, modelos fabricados en Japón y cuyas ventas se realizan fuera de Europa. Según reportes de medios japoneses, este escándalo podría reducir la producción global anual de Toyota en aproximadamente 500,000 vehículos de los 11 millones que vende a nivel mundial.
Compromiso de Toyota por Transparencia y Seguridad
La crisis de seguridad que ha enfrentado Toyota en los últimos meses ha puesto en jaque la reputación de la compañía, convirtiéndose en un desafío importante para mantener la confianza de sus clientes y las autoridades reguladoras.
Sin embargo, la orden correctiva emitida por Toyota demuestra su compromiso por mejorar sus procesos y fortalecer la supervisión de la certificación de sus vehículos. Estas medidas buscan garantizar que sus productos cumplan con los más altos estándares de seguridad y evitar futuras sanciones que puedan afectar aún más su posicionamiento en el mercado.
El papel de la alta dirección y la asignación de más recursos a las tareas de certificación son pasos clave para recuperar la credibilidad de la marca. Asimismo, la transparencia y la comunicación efectiva con las autoridades y los consumidores serán fundamentales para superar esta crisis y reafirmar el liderazgo de Toyota en la industria automotriz.