La salida del expresidente Carles Puigdemont de Bélgica y su regreso a Cataluña ha suscitado una gran controversia y expectación. Según las declaraciones del conseller de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, los Mossos d’Esquadra no se esperaban «un comportamiento tan impropio» de quien había sido la máxima autoridad de Cataluña. Elena acusó a Junts de utilizar a los ciudadanos como «extras de un engaño» al urdir un plan para «dinamitar y deslegitimar el pleno de investidura».
El comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, reconoció que el día anterior había sido «durísimo e inmerecido» no solo para los mandos del cuerpo, sino para el conjunto de la policía autonómica. Sin embargo, lejos de «autoflagelarse», Sallent afirmó que el cuerpo saldrá reforzado y que lo sucedido servirá para «servir mejor a la ciudadanía».
La Responsabilidad de las Autoridades Políticas
Sallent también señaló que los Mossos d’Esquadra no son los únicos responsables de lo ocurrido, recordando que el expresidente Puigdemont llegó al acto de Arc de Triomf acompañado de autoridades políticas, como el secretario general de Junts, Jordi Turull. Según el comisario jefe, estas personas «ostentan cargos públicos y electorales y tienen una responsabilidad con las instituciones de este país».
La idea de los Mossos d’Esquadra era detener a Puigdemont en las inmediaciones del parque de la Ciutadella, pero Sallent denunció que se intentó «dificultar la idoneidad de la intervención del cuerpo», lo que impidió que se cumpliera con el plan inicial. El comisario jefe reiteró que «no todo vale«, como «saltarse a las instituciones y pasar por encima del cuerpo de Mossos».
La Falta de Lealtad del Expresidente
En este contexto, el conseller Elena se preguntó: «¿Qué suma? ¿Qué agrega? ¿Qué une?» en relación a lo sucedido, afeando a Junts, sin mencionar el nombre del partido, que el regreso del expresidente tras siete años en Bélgica no sumara nada. Sallent, por su parte, afirmó que si bien la cúpula policial asume su responsabilidad públicamente, el expresidente Puigdemont no tuvo una actitud «leal».
En definitiva, el caso Puigdemont ha puesto de manifiesto una responsabilidad compartida entre las autoridades políticas y los Mossos d’Esquadra, con la falta de lealtad del expresidente como un elemento clave en el desarrollo de los acontecimientos.