La comunidad periodística española está de luto por la partida del emblemático fotoperiodista Manuel Hernández de León, conocido cariñosamente como «Manolín». Este destacado profesional de la imagen, natural de Madrid, falleció a los 75 años de edad, dejando un legado imborrable con sus icónicas fotografías que marcaron un hito en la historia reciente de España.
Hernández de León fue testigo de primera mano de uno de los momentos más trascendentales de la transición democrática española: el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, comúnmente conocido como el 23-F. Sus imágenes, captadas con valor y astucia, se convirtieron en un elemento clave para que la intentona golpista fracasara, al proporcionar una evidencia visual que reflejaba la gravedad de los hechos.
EL LEGADO FOTOGRÁFICO DEL 23-F
En aquella fatídica jornada, Manuel Hernández de León se encontraba cubriendo la sesión plenaria del Congreso de los Diputados cuando irrumpieron los guardias civiles liderados por el teniente coronel Antonio Tejero. Con una presencia de ánimo admirable, el fotoperiodista logró captar algunos de los momentos más icónicos de aquella jornada, a pesar del riesgo que corría.
Entre las fotografías que Hernández de León consiguió resguardar en su ropa interior antes de poder salir del Congreso, se encuentra la emblemática imagen de Tejero mirando directamente a la cámara, así como otra de él con la pistola en alto desde la tribuna de oradores. Estas instantáneas fueron fundamentales para documentar con precisión los hechos y difundir la información a nivel nacional e internacional.
Años después, el propio Hernández de León recordaba la hazaña de haber logrado sacar los carretes de sus fotografías del Congreso, evitando que fueran confiscados por los golpistas. Este episodio, narrado por su colega Jesús María Amilibia, evidencia el compromiso y la valentía del fotoperiodista para cumplir con su labor informativa, incluso en las circunstancias más adversas.
UN LEGADO MÁS ALLÁ DEL 23-F
Aunque el 23-F marcó un hito en la carrera de Manuel Hernández de León, su trayectoria profesional se destacó por mucho más. Este experimentado reportero gráfico también fue el autor de numerosos retratos de la Familia Real española, captando momentos icónicos de la monarquía con su característico estilo.
Más allá de su labor como fotógrafo, Hernández de León también incursionó en el mundo del reportaje audiovisual, realizando vídeos con imágenes y sonido del 23-F, que complementaron su trabajo fotográfico y contribuyeron a una mejor comprensión de los hechos.
La partida de Manuel Hernández de León representa una gran pérdida para el gremio periodístico español. Su legado, como testigo y cronista visual de momentos históricos, seguirá inspirando a las nuevas generaciones de fotoperiodistas que buscan transmitir la verdad a través de la imagen. Su nombre permanecerá grabado en la memoria colectiva como uno de los grandes reporteros gráficos que marcaron un antes y un después en el periodismo español.