El Gobierno de Italia ha aprobado este miércoles aumentar el importe de la tasa fija con la que grava las rentas en el extranjero de aquellas personas físicas que trasladen su residencia fiscal al país transalpino. La tasa pasará de 100.000 euros anuales a 200.000 euros anuales, endureciendo el régimen introducido en 2017 para captar como residentes fiscales a grandes fortunas y profesionales de élite.
Esta decisión ha levantado cierta controversia dentro de Italia, debido a los posibles efectos inflacionistas que podría tener sobre los precios inmobiliarios en las principales ciudades de destino. Sin embargo, el Ejecutivo de Georgia Meloni se enfrenta a la necesidad de reducir sustancialmente el déficit presupuestario, que en el último año alcanzó el 7,4% del PIB y que la Unión Europea prevé que cierre el año en el 4,4%, muy por encima de la meta para los Veintisiete del 3%.
De hecho, el pasado mes de junio, Bruselas consideró justificada la apertura de un procedimiento de déficit excesivo contra Italia, así como contra otra media docena de países, que deberán realizar un ajuste anual del 0,5% del PIB.
Rechazo a Impuesto a Beneficios Extraordinarios de Bancos
Por otro lado, el ministro italiano de Economía, Giancarlo Giorgetti, ha indicado que no se plantea fijar un impuesto adicional sobre los beneficios extraordinarios de los bancos. Según Giorgetti, las entidades bancarias «serán llamadas, como todos los ciudadanos italianos, a contribuir a las finanzas públicas», pero no habrá impuestos a las ganancias adicionales, sino que «habrá impuestos a las ganancias, para ellos como para todos los demás».
Esta posición del Gobierno italiano se enmarca en una tendencia a nivel internacional, donde países como Italia, con espacios fiscales limitados, «están inevitablemente destinados a perder» si se inicia una «competencia para crear situaciones fiscales favorables para las personas y empresas. Según Giorgetti, en el G20 y el G7 se está «en contra de inaugurar esta competencia».
Aumento de la «Tarifa Plana» para Atraer Grandes Fortunas
Desde la introducción de la «tarifa plana» en 2017, un total de 1.186 personas se han beneficiado de este incentivo para atraer grandes fortunas al país transalpino. El ministro Giorgetti ha señalado que la decisión de ajustar la tasa va en el «sentido general a nivel internacional«, buscando evitar una «competencia fiscal» que perjudique a países como Italia.
En resumen, el Gobierno italiano ha optado por endurecer el régimen de atracción de grandes fortunas, aumentando la tasa fija de 100.000 a 200.000 euros anuales, pero ha descartado la imposición de un impuesto específico a los beneficios extraordinarios de los bancos, alineándose con la tendencia internacional de evitar una «carrera fiscal» que pueda perjudicar a países con «espacios fiscales limitados».
