La Unión Europea (UE) y la eurozona se enfrentan a una situación económica compleja en el segundo semestre del año, con señales mixtas en el sector minorista. Mientras que la mayoría de los países reportan caídas en el volumen de ventas al por menor, España se erige como la única gran economía de la eurozona donde este indicador aumentó en junio.
Este panorama diverso refleja la delicada recuperación económica que enfrenta la región. Si bien el Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre sorprendió al alza, los consumidores aún parecen reticentes a retomar con fuerza sus hábitos de compra, posponiendo la ansiada recuperación del comercio minorista.
ESPAÑA, LA EXCEPCIÓN QUE DESAFÍA LAS TENDENCIAS
Según los datos publicados por Eurostat, en junio el volumen del comercio minorista en la zona del euro retrocedió un 0,3% en comparación con el mes anterior, mientras que en la UE la caída fue del **0,1%. En contraste, España fue el único de los principales países de la eurozona que registró un *aumento mensual del 0,3%* en sus ventas minoristas, después de la caída del 0,5% en mayo.
Esta tendencia positiva de España contrasta con los resultados de otros países de la región. Francia experimentó una disminución del 0,2%, Italia del 0,1% y Países Bajos del 1,4%. Incluso Alemania, la mayor economía de la eurozona, no pudo proporcionar datos de referencia debido a cambios en los requisitos de información.
Bert Colijn, economista jefe para la eurozona de ING Research, advierte que «si bien parece que la actividad minorista ha tocado fondo, los volúmenes simplemente no están aumentando». Esto refleja que el consumidor aún sigue prefiriendo adquirir servicios en lugar de bienes, aunque la brecha se está reduciendo.
PREOCUPACIONES SOBRE LA DESACELERACIÓN ECONÓMICA
A pesar de que el segundo trimestre fue mejor de lo esperado para el crecimiento económico en la eurozona, persisten las preocupaciones sobre la desaceleración de la economía en la segunda mitad del año. Colijn señala que «las encuestas recientes no dan muchos motivos para esperar una mayor aceleración, y es posible que se desacelere el ritmo ya débil de recuperación».
Esto se ve reflejado en los datos de Eurostat, que muestran que en comparación con junio de 2023, el comercio minorista en la zona del euro cayó un 0,7% para alimentos, bebidas y tabaco, mientras que en el caso de productos no alimentarios, excepto combustible para automoción, las ventas aumentaron un 0,3%.
En este contexto, el 0,3% de aumento anual en España se perfila como un desempeño destacado, sobre todo cuando se compara con la caída del 0,9% en Italia y del 2,3% en Países Bajos.
REPUNTE GRADUAL Y DESIGUALDAD ENTRE PAÍSES
Si bien el repunte del comercio minorista parece ser gradual, el panorama entre los países de la eurozona es desigual. Mientras que Rumanía, Bulgaria y Dinamarca registraron los mayores aumentos mensuales, Croacia, Austria, Letonia y Lituania sufrieron los mayores descensos.
Esta diversidad de resultados refleja la complejidad de la recuperación económica en la región, donde factores como la inflación, el poder adquisitivo de los consumidores y las preferencias de gasto siguen ejerciendo una influencia significativa.
En este escenario, España emerge como un caso excepcional, logrando aumentar sus ventas minoristas en un momento en que la mayoría de los países de la eurozona enfrentan dificultades para impulsar el consumo. Este desempeño positivo podría ser un indicio de una recuperación más sólida en el país, aunque queda por ver si esta tendencia se mantendrá en los próximos meses.