Europa sufre la propagación del Virus del Nilo Occidental: 7 países afectados

El virus del Nilo Occidental (VNO) es una enfermedad viral que se ha convertido en un tema de gran preocupación en los últimos años, especialmente en España, donde se ha registrado un aumento significativo de casos. Esta enfermedad, transmitida por mosquitos, puede causar síntomas graves en una pequeña proporción de los infectados, aunque la mayoría de los casos cursan de manera asintomática.

En las últimas semanas, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha registrado nuevos casos de infección por el VNO en varios países de la Unión Europea, incluyendo a España, que ya había notificado casos en semanas anteriores. Estas noticias han encendido las alarmas y han puesto en el centro de atención la necesidad de comprender mejor esta enfermedad y tomar medidas efectivas para proteger a la población.

Situación del Virus del Nilo Occidental en España

España presenta una situación endémica de la enfermedad del VNO, debido a las condiciones favorables que existen para el mantenimiento y la circulación del virus. En el año 2020, se detectó un marcado aumento de la incidencia de la enfermedad en el país, con 77 casos humanos, de los cuales el 97% cursaron con meningoencefalitis y 8 de ellos fallecieron.

En el año 2021, se confirmaron 6 casos humanos con meningoencefalitis, todos ellos en municipios de la provincia de Sevilla. En 2022, se notificaron cuatro casos humanos autóctonos, identificados en Tarragona y Córdoba, regiones donde previamente no se habían detectado casos.

En España, existen zonas de circulación conocida del VNO, como las marismas del Guadalquivir en Sevilla, la comarca de La Janda en Cádiz, determinadas áreas lacustres en Extremadura y el Delta del Ebro en Cataluña. Sin embargo, no se puede descartar la aparición de nuevas detecciones en el resto de la geografía española.

Transmisión y Síntomas

La transmisión del VNO se produce principalmente a través de la picadura de mosquitos infectados, que pueden adquirir el virus al picar a aves que actúan como reservorios. Los humanos y los équidos se comportan como hospedadores accidentales, ya que la viremia en ellos es corta y de bajo nivel, insuficiente para que el virus se transmita de nuevo a los mosquitos.

En cuanto a los síntomas, la mayoría de los casos (80%) cursan de manera asintomática. En aquellos casos en los que se manifiestan síntomas, estos pueden ir desde fiebre y mialgias hasta manifestaciones neurológicas graves, como meningitis, encefalitis y parálisis flácida aguda. Estas formas neurológicas pueden ser mortales en aproximadamente el 10% de los casos, con mayor riesgo para ciertos grupos vulnerables.

Respuesta y Medidas de Prevención

Ante esta situación, las autoridades sanitarias están trabajando para fortalecer los sistemas de vigilancia, prevención y control de esta enfermedad. Se han implementado planes de monitoreo y se está llevando a cabo la investigación de los casos detectados, con el objetivo de comprender mejor la dinámica del virus y tomar medidas efectivas para mitigar su impacto.

Además, se están promoviendo campañas de sensibilización dirigidas a la población, para informar sobre los riesgos y las medidas de prevención, como el uso de repelentes, la eliminación de criaderos de mosquitos y la protección de los grupos más vulnerables.

En conclusión, el aumento de casos de VNO en España es una preocupación importante que requiere una respuesta integral por parte de las autoridades sanitarias y la sociedad en general. Es fundamental continuar fortaleciendo los esfuerzos de vigilancia, prevención y control, a fin de proteger la salud de la población y minimizar el impacto de esta enfermedad.

ZONAS DE CIRCULACIÓN CONOCIDA DEL VIRUS DEL NILO OCCIDENTAL EN ESPAÑA

España presenta una situación endémica de la enfermedad debido a que reúne unas condiciones favorables para el mantenimiento y la circulación del virus del Nilo Occidental (VNO). Estas condiciones incluyen la gran variedad de posibles reservorios, la proximidad a zonas endémicas como África, las características ecológicas y climáticas, las rutas migratorias de aves procedentes de áreas afectadas y la presencia de vectores competentes ampliamente difundidos por la geografía española.

En las regiones templadas y subtropicales de nuestro país, la mayoría de las infecciones presentan una marcada estacionalidad, concentrándose desde el verano hasta principios del otoño. Los sitios donde se producen los brotes se encuentran a lo largo de las principales rutas de las aves migratorias, que pueden transportar el virus a largas distancias.

Las zonas de circulación conocida del VNO en España incluyen las marismas del Guadalquivir, en Sevilla, la comarca de La Janda, en Cádiz, determinadas áreas lacustres en Extremadura y el Delta del Ebro, en Cataluña. Sin embargo, no se puede descartar la aparición de nuevas detecciones en el resto de la geografía española, ya que las condiciones propicias para el mantenimiento y la propagación del virus están presentes en diversas regiones.

IMPACTO Y RIESGO DE LA ENFERMEDAD

El impacto del virus del Nilo Occidental (VNO) en España ha sido notable, con un aumento significativo de los casos registrados en los últimos años. En el año 2020, se detectaron 77 casos humanos, de los cuales el 97% cursaron con meningoencefalitis y 8 de ellos fallecieron. En 2021, se confirmaron 6 casos humanos con meningoencefalitis, todos ellos en municipios de la provincia de Sevilla.

Cabe destacar que, a pesar de estos casos, la mayoría de las infecciones por VNO (alrededor del 80%) cursan de manera asintomática. Es decir, la gran mayoría de las personas infectadas no presentan síntomas y, por lo tanto, no acuden al médico, lo que dificulta el registro y la cuantificación precisa de la enfermedad.

En aquellos casos en los que se manifiestan síntomas, estos pueden ir desde fiebre y mialgias hasta manifestaciones neurológicas graves, como meningitis, encefalitis y parálisis flácida aguda. Estas formas neurológicas, si bien se presentan en menos del 1% de los infectados, pueden ser mortales en aproximadamente el 10% de los casos, con mayor riesgo para grupos vulnerables como personas mayores, con enfermedades crónicas o con sistemas inmunitarios debilitados.

Además, el riesgo de secuelas existe en el 30-60% de los casos con manifestaciones neurológicas. Esto pone de manifiesto la importancia de detectar y atender oportunamente a los pacientes con síntomas graves, con el fin de minimizar las complicaciones y las consecuencias a largo plazo.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y RESPUESTA

Ante el aumento de casos de virus del Nilo Occidental (VNO) en España, las autoridades sanitarias han implementado una serie de medidas para fortalecer la vigilancia, la prevención y el control de esta enfermedad.

En primer lugar, se han establecido sistemas de vigilancia que permiten monitorear la circulación del virus tanto en animales (aves y équidos) como en humanos. Esto implica la investigación de los casos detectados, con el objetivo de comprender mejor la dinámica de transmisión y propagación del VNO.

Además, se han desarrollado planes de acción que incluyen campañas de sensibilización dirigidas a la población, para informar sobre los riesgos y las medidas de prevención que pueden tomar, como el uso de repelentes, la eliminación de criaderos de mosquitos y la protección de los grupos más vulnerables.

Por otro lado, las autoridades sanitarias trabajan en la mejora de los protocolos de diagnóstico y atención a los pacientes, con el fin de detectar oportunamente los casos y brindar un tratamiento adecuado, especialmente en aquellos que presentan manifestaciones neurológicas graves.

Finalmente, se está impulsando la investigación científica para profundizar en el conocimiento sobre el VNO, sus mecanismos de transmisión, los factores de riesgo y las estrategias más efectivas para mitigar su impacto en la salud pública.

En resumen, la respuesta a la situación del VNO en España implica un abordaje integral, que incluye la vigilancia epidemiológica, la prevención, la atención a los pacientes y la investigación, con el objetivo de proteger la salud de la población y minimizar los efectos adversos de esta enfermedad emergente.