Con la llegada del verano y las vacaciones, los hogares españoles se enfrentan a un riesgo elevado de robos. Según datos del Ministerio del Interior, durante este periodo se producen aproximadamente 25.000 robos en domicilios, lo que equivale a 12 delitos por hora. Esta alarmante estadística ha llevado a las autoridades y expertos de la Policía Nacional a desarrollar estrategias innovadoras para proteger las viviendas. Entre estas, destaca la «técnica del felpudo«, un método simple pero efectivo que se ha vuelto viral en redes sociales y que necesita del apoyo de un vecino cercano. En este artículo exploraremos esta técnica y otras medidas de seguridad esenciales para mantener los hogares a salvo durante las vacaciones.
3La «técnica del felpudo»: Engañando a los ladrones con simplicidad
En respuesta a la creciente amenaza de robos durante el verano, la Policía Nacional ha lanzado una campaña en redes sociales para educar a la ciudadanía sobre medidas de seguridad efectivas y fáciles de implementar. Entre estas recomendaciones, destaca la llamada «técnica del felpudo», que se ha vuelto viral por su simplicidad y aparente efectividad.
La técnica anunciada por la Policía Nacional consiste en pedirle a un vecino, familiar o amigo de confianza que mueva periódicamente el felpudo de la entrada de la vivienda mientras los propietarios están de vacaciones. Este simple acto tiene como objetivo crear la ilusión de que hay movimiento regular en la casa, sugiriendo que está habitada y, por tanto, no es un objetivo fácil para los ladrones.
La lógica detrás de esta estrategia de la Policía Nacional es engañar a los posibles delincuentes, haciéndoles creer que hay entradas y salidas frecuentes en la vivienda. Un felpudo que cambia de posición regularmente indica actividad, lo que puede ser suficiente para que un ladrón decida buscar un objetivo más fácil y menos arriesgado. La efectividad de esta técnica radica en su simplicidad y en el hecho de que se basa en la psicología del delincuente. Los ladrones, antes de actuar, suelen observar las casas durante varios días para determinar patrones de actividad y momentos de vulnerabilidad. Un felpudo que se mueve regularmente rompe con la imagen de una casa abandonada y puede ser suficiente para disuadirlos.