En el vasto mundo del cine, algunas películas destacan no por su calidad, sino precisamente por la ausencia de ella. Estas cintas, tan deficientes en guion, actuación o producción, se han ganado un lugar especial en la historia del cine por ser «tan malas que son buenas». A continuación, presentamos seis de las peores películas jamás hechas, aquellas que, por su falta de calidad, ofrecen una experiencia única (aunque no siempre deseable). Si buscas risas involuntarias o simplemente deseas saber qué no hacer en una película, sigue leyendo.
1The Room (2003): la joya del desastre cinematográfico
Dirigida y protagonizada por Tommy Wiseau, The Room es la definición perfecta de un desastre cinematográfico. La película cuenta con diálogos incoherentes, actuaciones exageradas y una trama que desafía toda lógica. A pesar de (o debido a) estos defectos, The Room ha cultivado un culto de seguidores que disfrutan de su naturaleza absurdamente entretenida. Es un claro ejemplo de cómo una película puede ser tan mala que termina siendo divertida.