La fructífera colaboración entre sindicatos, empresarios y el Gobierno ha dado como resultado un acuerdo tripartito que sienta las bases para una nueva era de diálogo social y entendimiento mutuo en materia de pensiones. Este pacto, celebrado por el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján, representa un hito significativo en la búsqueda de soluciones equilibradas que beneficien tanto a las empresas como a los trabajadores.
UNA JUBILACIÓN FLEXIBLE CON ESPECIAL CONSIDERACIÓN A LOS TRABAJOS PENOSOS
El acuerdo logrado, calificado por Luján como «equilibrado», contempla la posibilidad de una jubilación flexible que, a la vez que facilita el retiro anticipado en aquellos puestos de trabajo con condiciones más exigentes, también garantiza la seguridad jurídica para empresas y trabajadores. Esto se materializa a través de la regulación de la jubilación parcial asociada a un contrato de relevo, que se fija en 61 años para el sector manufacturero y 62 años para el resto de sectores.
Además, el pacto mejora sustancialmente las condiciones del relevista, asegurando el mantenimiento del empleo durante los dos años posteriores a la extinción de la jubilación parcial. Otra novedad destacada es la posibilidad de «acumular las jornadas hasta alcanzar la edad de jubilación, sin necesidad de trabajar parcialmente cada uno de los días».
NUEVAS OPORTUNIDADES PARA TRABAJADORES FIJOS DISCONTINUOS
El acuerdo también contempla la posibilidad de que los trabajadores fijos discontinuos puedan acceder al contrato de relevo, el cual deberá ser un contrato indefinido a tiempo completo. Esto representa una importante oportunidad para aquellas personas que ya prestan servicios en la empresa y desean acceder a un contrato de mayor estabilidad.
Luján subraya que esta medida es beneficiosa tanto para los trabajadores como para las empresas, ya que permite a la compañía contar con personal formado y conocedor del funcionamiento de la organización.
MEJORAS EN EL TRATAMIENTO DE INCAPACIDADES TEMPORALES
Uno de los aspectos más destacados del acuerdo es la posibilidad de que las mutuas puedan acompañar, realizar pruebas diagnósticas y de rehabilitación en las bajas por enfermedad común. Según Luján, esto ayudará a que los procesos de incapacidad temporal derivados de enfermedades traumáticas se produzcan en plazos más cortos y se mejoren los procesos de curación.
Sin embargo, es importante recalcar que la baja, los partes de confirmación y las altas siguen siendo competencia del médico de cabecera del servicio público de Salud. Además, el paciente mantendrá la facultad de revocar el consentimiento otorgado a la mutua en cualquier momento.
En conclusión, este acuerdo tripartito representa un paso crucial en la construcción de una relación más armónica y beneficiosa entre empresas, trabajadores y el Gobierno. Al facilitar una jubilación flexible, mejorar las condiciones de los relevistas, abrir nuevas oportunidades para trabajadores fijos discontinuos y optimizar el tratamiento de incapacidades temporales, este pacto sienta las bases para una mayor estabilidad y prosperidad en el ámbito laboral.