48 horas después de la elección del domingo en Venezuela, y a la espera de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) publique los resultados electorales por mesa, la oposición, liderada por Maria Corina Machado, la que ha publicado los datos, por centro de votación, del 73.2% de las actas, que tiene en su poder. Es uno de los grandes esfuerzos que realizaron desde la oposición el domingo, y en el que se esforzaron los testigos, precisamente por la previsión de un posible fraude.
La web presentada por Machado, en la que los resultados dan una victoria por más de 3 millones de votos al candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia, ha sido convalidada por varios testigos de mesa que tienen su acta y que han sido capaces de confirmar la información presentada por la líder opositora. La publicación ocurre en un momento en que varios gobiernos, líderes internacionales y organizaciones de veedores, que incluyen la misión de observación de las Naciones Unidas, la Unión Europea y el Centro Carter estadounidense, que habían respaldado los resultados del CNE en otras ocasiones a pesar de las declaraciones de la oposición.
Mientras tanto, el Gobierno sigue sin presentar la totalización de la que salieron sus resultados. Desde el CNE, sin pruebas, se defiende que hubo un intento de hackeo que ha evitado que se publiquen los resultados por centro de votación, o incluso por estado o municipio, como lo han hecho en otras ocasiones. De momento han proclamado, en tiempo récord, a Maduro como el presidente reelecto, pero no han conseguido resolver el supuesto hackeo, a la hora del cierre de este artículo la página web sigue sin funcionar.
Mientras tanto, la situación en el país es tensa. Machado ha decidido ignorar las acusaciones de la fiscalía general controlada por el Chavismo, que la ha acusado, sin presentar pruebas, de hackear la página web del CNE, con un plan desde Macedonia del Norte, para cambiar los resultados, y además de presentar sus actas ha llamado a asambleas populares, aunque no ha especificado sus próximos pasos.
PROTESTAS ESPONTÁNEAS EN VENEZUELA
Mientras que la lideresa y el candidato opositor acumulaban las actas que le debían presentar a la población, las calles se llenaron de ciudadanos molestos. Fueron protestas que iniciaron de forma espontánea, sin un llamado de la oposición organizada. Algunas de ellas se tornaron violentas por la acción de militares y policías, y otras tomaron la decisión de quemar propaganda electoral de Nicolás Maduro o directamente derribar las estatuas de Hugo Chávez construidas por el régimen desde su muerte.
La preocupación interna se debe a que las experiencias previas en protestas de calles no han sido demasiado positivas para la oposición. Además de los heridos y muertos por las acciones de los militares y policías en las protestas de 2014, 2017 y 2019 no han servido para generar quiebres internos dentro del régimen chavista. Es el motivo por el que desde la oposición organizada se ha llamado solo a ‘Asambleas populares’, de una hora de duración, e intentar que los ciudadanos vuelvan después a su casa.
La otra diferencia es que es evidente que los votantes tienen la sensación de un fraude electoral. La presentación de las actas por parte de Maria Corina Machado, y la reacción internacional, incluyendo a gobiernos que históricamente han sido aliados del chavismo, como los casos del de Brasil o Colombia, han sido suficiente para generar dudas incluso en su base de votación histórica. También se evidencia en que los focos de las protestas han estado lejos de las zonas de clase media, donde históricamente había comenzando, y han empezado sobre todo en las zonas populares, que hasta ahora habían sido un bastión electoral y popular para el chavismo.
LOS PRÓXIMOS DÍAS CLAVES EN VENEZUELA
De momento es complicado adivinar el futuro inmediato, pero es evidente que ni el chavismo ni Nicolás Maduro han sido capaces de conseguir la legitimación internacional que esperaban de las elecciones. A pesar del deseo de varios gobiernos internacionales de normalizar la relación con el régimen venezolano, sobre todo por el deseo de volver a negociar con su industria petrolera, es un deseo que comparte una parte importante del sector empresarial venezolano, que veía con buenos ojos una normalización de las relaciones internacionales del país incluso si se mantenía la dictadura.
Esto también puede aumentar las presiones internas del chavismo. Aunque es evidente que hay niveles de supervivencia más radicales que están dispuestos a soportar, como lo ha demostrado su manejo de la crisis económica de 2017 y 2018. Esto hace que contar con una reacción interna sea complicado, pero ciertamente el Gobierno hoy se encuentra en una posición más incómoda de lo que estaba antes de las elecciones.
En cualquier caso, todo apunta a que la crisis migratoria causada por el chavismo seguirá en el futuro inmediato. Es otro punto a tener en cuenta, ya son más de 7 millones de venezolanos fuera de su país, y el dato apunta a seguir subiendo.