La pizzería más famosa (y también deliciosa) del mundo se encuentra en Nápoles, Italia, el lugar donde precisamente se creó esta delicia gastronómica que deleita los paladares de muchísimas personas a nivel mundial. En un pequeño rincón de esta bellísima ciudad tendrás que hacer una enorme fila para poder probarla, pero en realidad vale la pena.
Este local, llamado la pizzería da Michele, no solo tiene espectaculares sabores, sino también una que otra curiosidad que revela la tiktoker @raydeviaje en una publicación que ya acumula miles de visualizaciones y una gran cantidad de me gusta.
La pizzería da Michele
La Pizzería Da Michele, situada en el corazón de Nápoles, es un icono de la gastronomía italiana y una visita obligada para los amantes de la pizza. Fundada en 1870, esta pizzería ha mantenido su reputación como una de las mejores del mundo, ofreciendo una experiencia auténtica y tradicional.
El ambiente en Da Michele es sencillo y sin pretensiones, lo que refleja la autenticidad y la tradición de la pizzería. Con su decoración modesta, mesas de mármol y un ambiente bullicioso, se siente como un viaje en el tiempo a una Nápoles de antaño. El lugar está casi siempre lleno, con filas de clientes locales y turistas esperando para probar su famosa pizza.
La estrella indiscutible del lugar es la pizza. Da Michele se especializa en dos variedades: la Margherita y la Marinara. Ambas opciones son sencillas pero absolutamente deliciosas, elaboradas con ingredientes frescos y de alta calidad. La masa es fina, elástica y perfectamente horneada en su horno de leña. El costo por pizza va de 5 a 7 euros.
Su gran curiosidad
La Pizzería Da Michele no solo es famosa entre los locales y turistas, sino que también ha sido inmortalizada en la cultura popular gracias a Julia Roberts. La actriz visitó este icónico lugar en 2009 mientras filmaba una escena para la película «Comer, Rezar, Amar», basada en el libro del mismo nombre de Elizabeth Gilbert.
En la película, el personaje de Julia Roberts, Liz Gilbert, emprende un viaje de autodescubrimiento que la lleva a Nápoles, donde se sienta en Da Michele y se deleita con una pizza Margherita. Esta escena es emblemática porque captura la pura alegría de disfrutar de una comida simple pero perfecta, y ha contribuido a la fama mundial de la pizzería. Esto ha hecho que muchos clientes quieran visitar el lugar solo para sentarse en el mismo lugar en el que Julia grabó la escena.