No es una novedad que las inspecciones de trabajo sean un problema para Glovo, desde la aprobación de Ley Rider. Pero además de las dificultades para los trabajadores, hay un segundo problema que se acumula en estos casos, las peticiones de la seguridad social para exigir las retenciones de los sueldos de los trabajadores con orden de regulación también se acumulan, y es otra alarma económica para la empresa que incluso sin estas presiones se encuentra en una situación delicada precisamente por la relación de trabajo con los trabajadores.
En esa circunstancia, este medio ha tenido acceso a cinco citaciones de la seguridad social a la empresa Glovoapp23 S.L. para esclarecer estas situaciones. En algunas de ellas se aclara que ha sido imposible que la empresa se presente, seguramente por qué en varios de estos casos desde la plataforma de reparto se siguen discutiendo en tribunales, y siguen esperando poder demostrar que se trata de trabajadores autónomos, incluso si cada vez resulta más difícil.
El cálculo no es complicado. Los autónomos, como Glovo sigue definiendo a sus repartidores, son responsables de su propia cuota de autónomos y en casos de regularizaciones, además de los sueldos y demás pagos mínimos que deban hacer por ley, se suman además las retenciones de la seguridad social dependiendo el tiempo que tengan estos trabajadores dentro de la empresa. Por supuesto, no son los únicos problemas que se generan en esta situación, sobre todo por qué estos trabajadores pueden quedarse sin los beneficios de la seguridad social hasta que se resuelva el problema.
En cualquier caso, para Glovo es un problema más que se deriva de la nueva normativa, que en realidad tiene ya varios años en vigor. Pero además es, de nuevo, un aviso del tipo de problemas que pueden tener que asumir en el resto de Unión Europea tras la aprobación de la ‘Directiva de trabajo en plataformas digitales’, que, aunque descafeinada, sigue dando a los gobiernos que quieran las herramientas para controlar a estas empresas.
Es también un aviso para otras empresas del sector, desde las recién llegadas, como Catcher, hasta las que de momento han evitado la mayor parte de los escándalos, como Uber Eats, que por un tiempo tenían flotas contratadas por terceros en el centro de su funcionamiento. Pero para Glovo, cuyos problemas legales incluyen una denuncia de fiscalía contra su fundador y director ejecutivo, Oscar Pierre, que podría acarrear años de cárcel, es un problema inmediato, y que no es especialmente fácil de resolver.
SE ACABA LA EXCUSA DE LA CRISIS DE GLOVO
El otro problema de Glovo, cuya deuda con la seguridad social ronda los 65 millones de euros, es que las excusas históricas empiezan a no funcionar a nivel legal. A pesar de sus pérdidas, el seguir insistiendo en que son una empresa que no está en capacidad de pagar, la Audiencia Nacional ha pedido que se presenten garantías que se pagaran tanto las sanciones como las deudas con la seguridad social, algo que ha sorprendido a la empresa que sigue señalando sus problemas de liquidez en el corto plazo.
La presencia de un gigante del sector como Delivery Hero entre sus grandes inversores, y la reciente aparición de Uber entre los accionistas de la empresa alemana con el deseo de cuidar el sector, han destruido esta excusa. Es cierto que había 400 millones de euros apartados específicamente para los problemas legales de Glovo, pero estos ya se han usado, por lo que la empresa tiene que verse en un espejo para intentar escapar de esta situación.
Pero a pesar de todo, la idea de contratar directamente a los repartidores no está sobre la mesa. Según la empresa, es por la complejidad de armar los horarios fijos con base en la demanda, que fluctúa durante todo el año e incluso con base en el horario durante el día a día. Para los repartidores, muchos de los cuales usan cuentas alquiladas de forma ilegal sin cumplir con las exigencias mínimas que hace la propia plataforma, realmente es una forma de tener suficientes repartidores en las grandes ciudades como para asegurar la inmediatez de las entregas, parte clave de la estrategia de la empresa para poder mantener la fidelidad de sus clientes.
UN VERANO COMO SIEMPRE COMPLICADO
Se suma que para la empresa es una época siempre complicada. En las grandes ciudades el verano suele ser un castigo para estas empresas, precisamente por qué los viajes y el buen clima incentivan salir a comer, lo que a una empresa que cuenta con que los pedidos se realicen a las casas.
Es un mal momento para lidiar con una crisis en varios frentes. La empresa sigue sumando problemas y lo cierto es que si tienen razón, y la contratación de trabajadores es inviable, a largo plazo estas situaciones hacen que su futuro sea, cuando menos, dudoso.