Además de las diferencias ideológicas, las elecciones de Venezuela del día de hoy entre Edmundo González Urrutia y Nicolás Maduro representan también diferencias importantes entre los planes para enfrentar el futuro inmediato del país. Aunque en ambos casos el futuro inmediato pasa por una apuesta por el final de las sanciones de Estados Unidos y Europa sobre el país uno de los dos habla de ideas mucho más cercanas al ideario liberal, mientras que el de Maduro, incluso asumiendo que intente mantener su tregua actual con la empresa privada, pasa por mantener el control actual sobre la economía.
Pero aunque Urrutia, el candidato elegido por Maria Corina Machado, como segunda opción para ocupar su puesto tras la decisión del gobierno de mantener su inhabilitación, consiga no solo ganar la elección, sino que el Gobierno venezolano acepte su derrota en las urnas no podrá empezar a moldear el país de inmediato. No es solo que sin importar lo que ocurra cuando se anuncien los resultados, el régimen seguirá manteniendo el control sobre la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia, sino que tendrá que esperar hasta julio para asumir el poder y en el camino Maduro tendrá oportunidad de seguir poniendo obstáculos, incluso si está de salida.
En cualquier caso, el plan de Gobierno de Urrutia no ha sido revelado por completo, aunque ha dejado claro que su propósito es aplicar el mismo tipo de medidas económicas que se esperaba de Maria Corina Machado. Permitir la entrada de más empresas extranjeras, privatizar la industria petrolera, uno de los puntos más controvertidos de su proyecto, pero lógico considerando el desastre actual de PDVSA, aunque también se ha apostado por mejorar la inversión en educación pública y salud, como lo ponía por escrito Machado en su plan de Gobierno.
NEGOCIACIONES EN CUALQUIERA DE LAS DOS VICTORIAS
Pero la realidad es que ninguno de los dos lados tendrá el camino abierto para cambiar la situación en el corto plazo en caso de ganar. Maduro tendrá que contar con que tanto Estados Unidos como la Unión Europea consideran que se trata de una reelección legítima, algo complicado cuando no ha permitido que participen como observadores internacionales directamente. Es que el famoso ‘Acuerdo de Barbados’ firmado con la oposición incluía que el Gobierno debía cumplir una serie de características mínimas en estas elecciones, y no lo ha hecho del todo.
Ya hay voces pidiendo que se repongan las sanciones levantadas y no se levanten las restantes, sobre todo las individuales contra miembros de la dictadura. La decisión de detener nuevos presos políticos, de no permitir a Maria Corina Machado, ni al primer reemplazo que presentó, la profesora universitaria Corina Yoris, participar en la elección directamente y las denuncias del viernes, según las cuales al menos 30 mesas electorales se instalaron antes de la hora y sin permitir la participación de los testigos de la oposición, dan motivos a los gobiernos internacionales para poner en duda la elección desde antes de los resultados.
En el caso de la oposición, aunque tendría muchos más apoyos internacionales, se vería en la necesidad de negociar la transición con el chavismo. No es solo que los de Maduro se mantengan en el control de instituciones clave, y de buena parte de las gobernaciones del país, sino que este seguirá en la presidencia hasta enero. En ese tiempo se debe plantear un plan de negociación serio y además una estrategia de salida para los chavistas que al menos en el futuro inmediato seguirán siendo una fuerza política clave, y que seguirán siéndolo durante los próximos años, incluso desde la oposición.
No es casual que Edmundo González Urrutia haya repetido, una y otra vez, en la necesidad de reconciliación. El caso más reciente fue su entrevista en El País en la que volvió a insistir que no se tomarían represalias. «Los adversarios serán respetados, nunca serán tratados como enemigos. No habrá persecución. Vamos al reencuentro, a la reconciliación», sentenciaba en la conversación con el periodista Alonso Moleiro.
EL MUNDO ATENTO AL RESULTADO EN VENEZUELA
Lo cierto es que buena parte del planeta estará atenta al resultado, no por las violaciones de derechos humanos, sino por el petróleo y la posición geográfica de Venezuela. Son factores que hacen del país toda una joya geopolítica, además de ser una de las puertas de entrada a Latinoamérica. Por tanto, lo que le ocurra puede marcar el futuro de toda la región, sobre todo en un mundo tan polarizado como antes.
A esto se suma el particular caso español. El reciente regreso de Zara, las inversiones petroleras de Repsol y las inversiones turísticas hacen del país una parte importante de las inversiones españolas. Visto así, tiene sentido que se trate de un caso especialmente interesante dentro del panorama económico del país. Se suma que políticamente figuras tan variadas como Zapatero, Juan Carlos Monedero o Feijóo han señalado su apoyo a alguno de los dos candidatos.
