Después de trece meses en antena, «Así es la vida«, el programa que ocupó el espacio dejado por «Sálvame», se despedirá de la audiencia para dar paso a «El diario de Jorge», un nuevo formato conducido por Jorge Javier Vázquez.
Aunque «Así es la vida» comenzó como una solución temporal, se esforzó por ofrecer contenido innovador antes de integrarse plenamente en el estilo característico de Mediaset.
2De la ruptura inicial a la homogeneización inevitable
Desde su concepción, «Así es la vida» buscaba distanciarse del pasado reciente. Su primera emisión comenzó con un vibrante flashmob en las instalaciones de Mediaset y una actitud festiva, un contraste marcado con el tono tragicómico (y en ocasiones trágico) de «Sálvame». La propuesta se alineaba más con el estilo de programas vespertinos como «Zapeando» o «Aruser@s», que había logrado un éxito notable en las mañanas de laSexta y había inspirado a numerosos espacios posteriores.
El programa se presentó como un variado cajón de sastre con una amplia gama de colaboradores, incluyendo a Pedro García Aguado y Belén Washington como nombres destacados. Su escaleta incluía entrevistas a celebridades alejadas del enfoque rosa tradicional, como Maxi Iglesias, Vanesa Martín, Mario Vaquerizo y Abraham Mateo. Además, abordaba los sucesos más candentes, como la participación del actor Luis Lorenzo en la primera semana para discutir la acusación de asesinato contra su tía política.
El plató también reflejaba un esfuerzo por adoptar un lenguaje audiovisual más fresco. Las dos mesas enfrentadas en una tarima principal, con Barneda y Muñoz al fondo, y las escaleras en la superficie permitían a los presentadores moverse y dialogar de manera más cercana e informal con los invitados. Esta informalidad incluso llevó a creaciones como “el regalo de mierda”, un obsequio simbólico dejado por cada invitado para el siguiente en pasar por el programa.
Con el tiempo, sin embargo, el programa comenzó a alinearse con los estándares de otros espacios de Mediaset. Los resultados discretos de las primeras semanas llevaron a una adaptación hacia el formato tradicional de corazón. Se incorporaron colaboradores que se convirtieron en protagonistas de las noticias, siendo el caso de Alejandra Rubio, cuyo embarazo generó horas de contenido para la cadena.
«Así es la vida» se transformó en un escenario donde Rubio podía responder a otros espacios de Mediaset, siguiendo la línea de programación que había caracterizado la era Vasile, pero que había perdido fuerza con la desaparición de programas y colaboradores. La reciente influencia de la familia Campos, con Carmen Borrego, su sobrina Rubio y, en semanas recientes, su hermana Terelu, también redefinió el debate social en el programa, convirtiéndolo en uno de sus focos principales.
La heterogeneidad inicial del programa fue desapareciendo. Con la incorporación de rostros como Rubio, Borrego, Makoke, Antonio Montero, Carmen Alcayde, Antonio Sánchez Casado y Almudena del Pozo, el formato se acercó cada vez más a la norma de los programas de crónica social de Mediaset. En noviembre, el plató fue rediseñado para adaptarse a las necesidades de una tertulia de crónica social, consolidando una estética más convencional y alejándose del rupturismo que marcó sus primeros días.