Cambios en la seguridad vial: la DGT adopta un novedoso sistema para salvar miles de vidas

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En un movimiento audaz que busca modernizar la seguridad vial, España se ha posicionado a la vanguardia de la Unión Europea con la implementación obligatoria del sistema ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) en todos los vehículos de nueva fabricación. Esta medida revolucionaria promete transformar drásticamente la seguridad en nuestras carreteras. Con la ambiciosa meta de reducir a la mitad la mortalidad vial para el final de esta década, la Dirección General de Tráfico (DGT) y la UE apuestan por esta tecnología innovadora que, según estudios del Parlamento Europeo, podría evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en los próximos 18 años en toda Europa. En este artículo te contaremos cómo es esta nueva tecnología que busca impulsar la DGT.

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DGT: un testigo silencioso para la seguridad y la justicia

DGT: un testigo silencioso para la seguridad y la justicia

Uno de los elementos más innovadores y potencialmente polémicos del sistema ADAS es la inclusión de una «caja negra» o EDR (Event Data Recorder). Según lo informado por la DGT, este dispositivo, similar a los utilizados en la aviación, registra datos cruciales sobre el funcionamiento del vehículo en los momentos previos, durante y después de un accidente.

La caja negra captura información vital como la velocidad del vehículo, el uso de frenos, la posición del volante, y la activación de sistemas de seguridad como los airbags. Estos datos pueden ser invaluables no solo para las investigaciones de accidentes, sino también para mejorar continuamente la seguridad de los vehículos basándose en datos reales de situaciones de accidente.

Sin embargo, la implementación de este sistema también plantea cuestiones importantes sobre la privacidad y el uso de los datos recopilados. La DGT y la UE han enfatizado que el acceso a estos datos estará estrictamente regulado y solo se utilizará para fines de investigación de accidentes y mejora de la seguridad vial. No obstante, es probable que surjan debates sobre el equilibrio entre la seguridad pública y la privacidad individual a medida que esta tecnología se generalice.