Los Juegos Olímpicos arrancaron con un escándalo sin precedentes, protagonizado por el esperado enfrentamiento entre Argentina y Marruecos. La controversia comenzó cuando el partido fue interrumpido temporalmente por una invasión de campo; los espectadores, enfurecidos, lanzaron objetos desde las gradas. Este incidente detuvo el juego durante más de dos horas, provocando un retraso considerable en la programación.
Cuando finalmente se reanudó el partido, la tensión no disminuyó. Un gol de la selección argentina fue anulado por el VAR, lo que avivó aún más el caos que ya envolvía esta esperada inauguración olímpica. El desorden no solo ha puesto en tela de juicio la organización del evento, sino que también ha desatado una avalancha de críticas sobre la seguridad y el control en los juegos.
6Rechazo a la reanudación
A pesar del intento de reanudar el partido, los jugadores expresaron su preocupación por su seguridad y se negaron a continuar en las condiciones actuales.
Esta decisión añadió más incertidumbre al futuro del encuentro, que seguía como suspendido en la web oficial de los Juegos Olímpicos.