El verano se presenta como una estación idílica para abrazar la naturaleza y explorar senderos a pie, pero cuidado con las peligrosas serpientes españolas. El clima cálido, los días largos y la exuberancia del paisaje invitan a disfrutar de actividades al aire libre como el senderismo; sin embargo, aventurarse en la naturaleza también implica ser conscientes de los posibles peligros que esta puede presentar.
En España, uno de los riesgos potenciales a tener en cuenta durante las excursiones de senderismo son las serpientes. Aunque la península ibérica alberga cinco especies venenosas, es importante recordar que las mordeduras letales son relativamente raras.
5La víbora áspid: Una de las serpientes más sigilosa de la Península Ibérica
La víbora áspid (Vipera aspis), también conocida como áspid común o víbora de San Antón, es una especie de víbora que se encuentra ampliamente distribuida en Europa, incluyendo la Península Ibérica, Francia, Italia, Suiza, Alemania, Austria, Hungría, los Balcanes y Turquía.
La víbora áspid se caracteriza por su cuerpo robusto y alargado, con una longitud que oscila entre los 50 y 80 cm, siendo las hembras generalmente más grandes que los machos; su cabeza es triangular y bien diferenciada del cuerpo, con un hocico ligeramente prominente y levantado.
Esta especie es diurna y terrestre, cazando activamente durante el día en busca de sus presas, principalmente pequeños roedores, lagartijas y aves, su actividad se reduce durante los meses fríos, cuando hiberna en refugios subterráneos; si bien la víbora áspid es venenosa, su veneno, hemotóxico, es decir, que afecta la sangre, puede causar dolor intenso, hinchazón, náuseas y vómitos, la gravedad de los síntomas depende de la cantidad de veneno inyectado y la sensibilidad individual.