El verano se presenta como una estación idílica para abrazar la naturaleza y explorar senderos a pie, pero cuidado con las peligrosas serpientes españolas. El clima cálido, los días largos y la exuberancia del paisaje invitan a disfrutar de actividades al aire libre como el senderismo; sin embargo, aventurarse en la naturaleza también implica ser conscientes de los posibles peligros que esta puede presentar.
En España, uno de los riesgos potenciales a tener en cuenta durante las excursiones de senderismo son las serpientes. Aunque la península ibérica alberga cinco especies venenosas, es importante recordar que las mordeduras letales son relativamente raras.
1La víbora cantábrica: Un tesoro natural de la Península Ibérica
La víbora cantábrica, también conocida como víbora de Seoane (Vipera seoanei), es una de las especies de serpientes venenosa que habita en las zonas montañosas del norte de España, suroeste de Francia y norte de Portugal; su nombre científico rinde homenaje al naturalista gallego Víctor López Seoane, quien la describió por primera vez en 1879.
Es una víbora es una de las serpientes de tamaño mediano, con una longitud total que oscila entre los 45 y 75 cm, siendo las hembras generalmente más grandes que los machos, presenta una gran variabilidad de colores, desde tonos marrones y grises hasta rojizos y cobrizos; lo más característico es su patrón dorsal, que consiste en una banda longitudinal oscura en zigzag acompañada de manchas negras.
Esta especie de serpientes prefiere zonas húmedas y boscosas, como robledales, hayedos y brezales, aunque también se puede encontrar en praderas y áreas rocosas; es una serpiente diurna, que caza activamente durante el día en busca de sus presas, principalmente pequeños roedores, lagartos y aves. Su veneno, aunque no es mortal para los humanos en la mayoría de los casos, puede causar dolor intenso, hinchazón, náuseas y vómitos.