La noticia del traslado de la Sede Primada de Argentina de Buenos Aires a Santiago del Estero ha generado una gran expectativa en los círculos religiosos y políticos del país. Esta decisión, tomada por el Papa Francisco, no solo tiene un importante significado simbólico, sino que también representa un reconocimiento a la trayectoria y la relevancia histórica de la Iglesia en la región.
La elevación de la diócesis de Santiago del Estero al rango de arquidiócesis y el nombramiento de Vicente Bokalic Iglic como el primer arzobispo de esta nueva sede marcan un hito en la historia de la Iglesia argentina. Además, Bokalic Iglic ha sido designado como el Primado de Argentina, cargo que hasta ahora había sido ejercido por el arzobispo de Buenos Aires.
La Recuperación de una Antigua Tradición
Esta decisión del Vaticano tiene profundas raíces históricas que se remontan a la época colonial. En 1570, el Papa San Pío V creó la Diócesis del Tucumán, cuya sede se ubicaba en lo que hoy es la ciudad de Santiago del Estero. Esta jurisdicción eclesiástica, que abarcaba un vasto territorio que incluía a la actual Argentina, fue la primera en el país.
Posteriormente, en 1699, la sede episcopal se trasladó a Córdoba, y no fue hasta 1907 que se creó la actual Diócesis de Santiago del Estero. Sin embargo, el Papa Francisco ha decidido recuperar esta antigua tradición, reconociendo a la Iglesia de Santiago del Estero como la primera sede episcopal en territorio argentino.
Una Decisión con Implicaciones Federales
Los obispos argentinos han destacado que esta decisión del Vaticano tiene una importante carga simbólica y representa una reparación histórica en la Iglesia de Argentina. Además, han señalado que esta medida debe ser vista como una invitación a tener una mirada integradora del territorio nacional en un renovado propósito federal.
La transferencia de la Sede Primada de Buenos Aires a Santiago del Estero no solo tiene un impacto religioso, sino que también puede tener repercusiones en el ámbito político y social, al promover una visión más equilibrada y descentralizada del poder en Argentina.
En resumen, la elevación de Santiago del Estero a arquidiócesis y el nombramiento de Vicente Bokalic Iglic como arzobispo primado son decisiones que tienen profundas raíces históricas y una importante carga simbólica para la Iglesia y la sociedad argentina. Esta medida del Vaticano busca recuperar una antigua tradición y promover una visión más federal del país, lo que sin duda generará un impacto significativo en los años venideros.
