Una vez más, «El Grand Prix del Verano» ha vuelto a cautivar a la audiencia española con su esperado regreso a las pantallas de Televisión Española. Bajo la dirección de Ramón García y acompañado por Cristinini en la locución, Wilbur como intrépido probador de juegos, y la icónica Vaquilla como mascota, el programa ha cosechado un notable éxito desde su regreso el año pasado, rompiendo récords de audiencia.
Sin embargo, entre el bullicio del público y la emoción de los concursantes, hay un silencio sepulcral en Cangas de Onís. ¿Por qué el mutismo? La respuesta podría estar en el duro castigo que enfrentaría el pueblo si se filtrara el resultado del programa estrella. Nadie suelta prenda en la localidad, y detrás de este enigma se esconde una poderosa razón que mantiene en vilo a sus habitantes.
El «Grand Prix» no solo es un espectáculo de habilidad y destreza, sino también un secreto celosamente guardado que podría cambiar el curso de la competición. En Cangas de Onís, la incertidumbre es palpable, y cada gesto, cada palabra, podría desencadenar consecuencias imprevistas.
2El precio del secreto: la multa de 30.000 euros que frena a Cangas de Onís
La filtración del desempeño de Cangas de Onís en el «Grand Prix del Verano» tendría consecuencias económicas significativas. En caso de que se hiciera pública la información, el Ayuntamiento se vería obligado a pagar una multa de 30.000 euros, la misma cantidad que TVE otorgará al pueblo ganador. Esta considerable sanción es la razón detrás del total silencio que reina en Cangas de Onís sobre el resultado de la competición.
En el primer episodio de la nueva temporada, emitido el lunes pasado, las localidades de Almacelles (Lleida) y Bembibre (León) compitieron con el respaldo de sus padrinos, Lorena Castell y Leo Harlem, respectivamente. A pesar del entusiasmo y apoyo de sus vecinos, los leoneses de Bembibre lograron la victoria y se aseguraron un lugar en las semifinales.
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