Desde que su relación con el entonces príncipe Felipe comenzó, para nadie es un secreto que la reina Letizia enfrentó grandes desafíos; no saber nada de protocolo, ser una mujer divorciada y no pertenecer a la aristocracia, fueron solo algunos de los impedimentos que debió sortear hasta que logró convertirse en lo que es ahora, la reina consorte de España y una de las royals más elegantes.
Al ser una mujer saludable en general y solo tener como problemas el neuroma de morton, es probable pensar que la reina no ha tenido necesidad de ser atendida por diferentes especialistas; no obstante, uno algo curioso tuvo que entrar en su vida a petición de la Casa Real.
8Un especialista tuvo que ser contratado para enseñar a Letizia a sonreír
Uno de los aspectos más personales y humanos de la preparación de Letizia fue aprender a sonreír de manera genuina en público. En sus primeros años como figura pública, Letizia fue criticada por su expresión seria y reservada. La revista Vanity Fair mencionó que la Casa Real contrató a un especialista para enseñarle a sonreír de manera más relajada y natural.
Este detalle resalta la presión a la que Letizia ha estado sometida para cumplir con las expectativas de su rol. La sonrisa, aunque parece un gesto simple, es fundamental para transmitir calidez y acercarse al público. La disposición de Letizia para trabajar en este aspecto muestra su dedicación y deseo de mejorar continuamente en su papel como reina.