Desde que su relación con el entonces príncipe Felipe comenzó, para nadie es un secreto que la reina Letizia enfrentó grandes desafíos; no saber nada de protocolo, ser una mujer divorciada y no pertenecer a la aristocracia, fueron solo algunos de los impedimentos que debió sortear hasta que logró convertirse en lo que es ahora, la reina consorte de España y una de las royals más elegantes.
Al ser una mujer saludable en general y solo tener como problemas el neuroma de morton, es probable pensar que la reina no ha tenido necesidad de ser atendida por diferentes especialistas; no obstante, uno algo curioso tuvo que entrar en su vida a petición de la Casa Real.
5Imagen pública y estilo personal
La imagen pública es una parte fundamental del papel de cualquier reina. Letizia tuvo que adaptar su estilo personal para alinearse con las expectativas de la realeza. Esto implicó un cambio en su vestuario, adoptando un estilo más conservador y elegante, acorde con su nuevo estatus.
Para lograr esto, Letizia trabajó con estilistas y asesores de moda que la ayudaron a desarrollar una imagen que combinara la modernidad con la tradición. Su vestuario no solo debía ser apropiado para los eventos oficiales, sino también reflejar su personalidad y conectar con el público. Con el tiempo, Letizia ha sido reconocida como una de las figuras más elegantes y con estilo de la realeza europea.