Desde que su relación con el entonces príncipe Felipe comenzó, para nadie es un secreto que la reina Letizia enfrentó grandes desafíos; no saber nada de protocolo, ser una mujer divorciada y no pertenecer a la aristocracia, fueron solo algunos de los impedimentos que debió sortear hasta que logró convertirse en lo que es ahora, la reina consorte de España y una de las royals más elegantes.
Al ser una mujer saludable en general y solo tener como problemas el neuroma de morton, es probable pensar que la reina no ha tenido necesidad de ser atendida por diferentes especialistas; no obstante, uno algo curioso tuvo que entrar en su vida a petición de la Casa Real.
2Protocolos y etiqueta real, lo que tuvo que aprender Letizia
Uno de los primeros desafíos que Letizia enfrentó fue aprender los complejos protocolos y la etiqueta real. La familia real española sigue estrictas normas de comportamiento y etiqueta que Letizia tuvo que dominar rápidamente. Esto incluyó desde cómo sentarse y caminar en eventos oficiales hasta la forma correcta de saludar a dignatarios y otros miembros de la realeza.
Para asegurarse de que cumplía con estas normas, Letizia recibió formación intensiva en protocolo; y es que, la reina Sofía, aceptó a la mujer centro del amor de su hijo, pero buscó la manera de educar a la futura reina, tal como lo mencionan desde ElNacional.cat. Esta formación no solo abarcaba los eventos públicos, sino también la vida diaria dentro del Palacio Real. Cada movimiento y acción debía ser ejecutado con precisión para reflejar la dignidad y el respeto que su nuevo rol exigía.
