Blancanieves es sin duda un ícono de la animación y la primera princesa oficial de Disney, pero lo que muchos desconocen es que antes de ella, otro personaje abrió el camino. La diosa de la primavera (1934) presentó a Perséfone, una figura que sentó las bases de muchas de las características que hoy asociamos con las princesas de Disney. Hoy, exploraremos cómo este corto marcó el inicio de una tradición, los desafíos técnicos que enfrentaron los animadores y las lecciones aprendidas que catapultaron a Disney hacia el éxito.
2Desafíos técnicos y artísticos
El salto al mundo del largometraje fue un reto inmenso para Disney, y «La diosa de la primavera» fue un primer paso crucial. Los animadores se enfrentaron a la difícil tarea de crear personajes humanos realistas, un territorio completamente nuevo para ellos. Aunque contaron con modelos en vivo para ayudar a animar a Perséfone y Plutón, la traducción de movimientos humanos a personajes animados resultó en figuras que a menudo parecían demasiado «gomosas». Este experimento reveló las complejidades de animar movimientos humanos de manera convincente, una lección que sería vital para los proyectos futuros del estudio.