La Dirección General de Tráfico (DGT) ha implementado una nueva estrategia de control de velocidad que está causando revuelo entre los conductores. Los nuevos radares, calibrados para multar a 60 km/h y estratégicamente ubicados en zonas de obras, han demostrado ser sorprendentemente eficaces. En tan solo seis días, estos dispositivos han registrado más de 10.000 infracciones, revelando que 8 de cada 10 vehículos exceden el límite de velocidad en estas áreas críticas. Esta iniciativa no solo busca reducir la siniestralidad, sino también proteger a los trabajadores en zonas de construcción vial.
1DGT: radares que cambian las reglas del juego
La DGT ha dado un paso revolucionario en su enfoque para combatir el exceso de velocidad en las carreteras españolas. La introducción de radares móviles en zonas de obras no es solo una novedad técnica, sino un cambio de paradigma en la seguridad vial. Estos nuevos dispositivos, calibrados para multar a velocidades tan bajas como 60 km/h, representan un desafío significativo para los conductores acostumbrados a límites más altos en carreteras convencionales.
La decisión de implementar estos radares surge de una preocupante estadística: según el Registro Nacional de Víctimas de Accidentes de Tráfico, el año pasado se registraron 131 siniestros en zonas de obras. Esta cifra alarmante ha impulsado a la DGT a tomar medidas drásticas para proteger no solo a los conductores y pasajeros, sino también al personal de mantenimiento y a los operarios que trabajan en estas áreas de alto riesgo.
La eficacia de estos nuevos radares ha sido sorprendente. En solo seis días de operación, se registraron más de 10.000 infracciones, lo que equivale a aproximadamente 1,700 multas diarias. Este dato no solo revela la magnitud del problema de exceso de velocidad en zonas de obras, sino también la efectividad de la nueva estrategia de la DGT para abordar esta cuestión crítica de seguridad vial.
