Guardar la olla o cacerola con comida en el frigorífico es una práctica común en muchos hogares. Sin embargo, aunque parezca práctico, puede ser perjudicial para la salud y la calidad de los alimentos. Hoy, exploraremos tres razones clave por las que debes evitar esta costumbre y algunos consejos para almacenar tus comidas de manera segura.
2Materiales inadecuados para almacenamiento
Las ollas y cacerolas suelen estar hechas de materiales como el aluminio, que pueden oxidarse en el ambiente frío y húmedo del frigorífico. Esta oxidación no solo puede alterar el sabor y la calidad de los alimentos, sino también su seguridad. Además, los recipientes metálicos no son los más efectivos para preservar la frescura de los ingredientes. Optar por táperes de vidrio o recipientes de plástico sin BPA es una mejor alternativa, ya que sellan mejor los alimentos y ayudan a mantenerlos en óptimas condiciones.