Auge del sector porcino español: Facturación de 38.000 millones y creación de más de 400.000 puestos de trabajo

El sector porcino español es uno de los pilares fundamentales de la ganadería nacional, destacándose por su dinamismo y contribución a la economía del país. Con una facturación anual de 38.000 millones de euros y la generación de más de 400.000 empleos directos e indirectos, este subsector juega un rol crucial en la fijación de población en las zonas rurales, convirtiéndose en un motor clave para el desarrollo de la España interior.

Según el libro ‘Los retos del sector porcino español’, elaborado por Cajamar e Interporc, el sector porcino supone más del 40% de la producción final ganadera y el 16% de la producción final agraria a nivel nacional.

Con una producción anual de 4,8 millones de toneladas, España se erige como el líder de la oferta de la Unión Europea y uno de los actores más destacados del mercado global, con ventas al exterior de casi tres millones de toneladas de carne fresca y productos elaborados a más de 130 países.

La Consolidación del Liderazgo Porcino Español en el Mercado Global

A lo largo de los últimos años, el modelo de producción porcina española ha logrado consolidar su posición de liderazgo en el mercado global. Sin embargo, este contexto de éxito ha venido acompañado de una transformación del panorama normativo y social, impulsada por la puesta en marcha de las estrategias europeas ‘De la Granja a la Mesa’ y ‘Cero Contaminación’, ambas fundadas en el Pacto Verde de la Comisión.

En este escenario, el sector porcino se enfrenta a nuevos retos que deben ser abordados con visión estratégica y compromiso por parte de todos los actores involucrados. Según el Plan Estratégico del Sector Porcino de Interporc, estos retos pasan por la evolución de la cadena de valor hacia un modelo más competitivo, sostenible y resiliente, la inversión en I+D+i en sostenibilidad y producto y la potenciación de la economía circular.

La Importancia del Sector Porcino en la Ruralidad Española

Más allá de su dimensión macroeconómica, la actividad de producción y transformación de la carne de cerdo está presente en prácticamente todo el territorio nacional y es clave para evitar la despoblación de las zonas rurales y asegurar el mantenimiento del tejido agroindustrial de la España interior.

Esta estrecha vinculación del sector porcino con el medio rural lo convierte en un actor fundamental para la fijación de población y el desarrollo de las comunidades rurales.

La sostenibilidad de este modelo productivo no solo se mide en términos económicos, sino también en su capacidad de generar oportunidades y bienestar en las áreas geográficas donde se asientan las explotaciones y plantas de transformación.

En este sentido, el reto de la digitalización y la implementación de prácticas más respetuosas con el medioambiente se convierten en elementos clave para garantizar la viabilidad a largo plazo del sector porcino y su papel estratégico en el mantenimiento del tejido socioeconómico de la España rural.

La Transición hacia un Modelo Más Sostenible y Resiliente

Ante el escenario de cambios normativos y exigencias sociales, el sector porcino español debe emprender una transformación que le permita adaptarse a las nuevas realidades y mantener su posición de liderazgo. Esta transición implica abordar desafíos como la evolución de la cadena de valor, la inversión en I+D+i y la potenciación de la economía circular.

La evolución de la cadena de valor hacia un modelo más competitivo, sostenible y resiliente supone fortalecer los eslabones que la componen, optimizar los procesos y diversificar las actividades, buscando **generar mayores *sinergias* y eficiencias a lo largo de todo el ciclo productivo.

Por otro lado, la inversión en I+D+i en ámbitos como la sostenibilidad y el desarrollo de nuevos productos se vuelve crucial para **impulsar la *innovación* y mejorar la competitividad del sector porcino a nivel global.

Finalmente, la potenciación de la economía circular representa una oportunidad para cerrar los ciclos y maximizar el aprovechamiento de los recursos, reduciendo el impacto ambiental y generando nuevas fuentes de ingreso para las empresas del sector.

En resumen, el sector porcino español se encuentra ante un momento decisivo en el que debe hacer frente a importantes retos, pero también a oportunidades que le permitan consolidar su liderazgo y contribuir al desarrollo sostenible de las comunidades rurales y la economía nacional.