Taylor Swift es un fenómeno de masas, hasta el punto de mover 20 millones de euros solo a nivel de consumo, a los que hay que sumar otros 13 millones de euros en ingresos por el concierto en sí. En total, 33 millones de euros en tan solo ocho horas repartidas en dos sesiones. De hecho, su caso se estudia ya como la ‘Swiftflación’, un vocablo que une el término con el que se autodenominan sus propios fans y la inflación.
El aterrizaje de ‘Eras Tour’ en varios países europeos ha provocado un aumento de la inflación general del 0,3%, pero los precios llegan a ascender a ritmos más fuertes si se centra en el sector turístico en la zona cercana al concierto. Esos dos días, la zona del Bernabéu recibió miles de turistas más de lo habitual. Las paradas y los comercios, así como bares y restaurantes, no repararon a la hora de incrementar los ingresos con miles de fans haciendo colas en la calle. Los precios hoteleros se incrementaron hasta en un 25% de media, siendo los de más alta categoría quienes más subieron.
No obstante, en otras ciudades, como Varsovia (Polonia) se registraron mayores ascensos, del 150%. En Estocolmo, Liverpool y Viena los precios hoteleros se dispararon entre un 120% y un 88% de media. En el 80% se situaron Edimburgo y Hamburgo. No es de extrañar que con estas subidas y con la inflación disparada en Europa, con pronósticos de mayores ascensos tras el verano, las autoridades económicas de la UE estén vigilantes a estos efectos, aunque lo acogen con alegría ya que «mueve la economía».
La actuación de Taylor Swift en Madrid, la primera en 13 años, atrajo a miles de estadounidenses y canadienses, con un poder adquisitivo mayor que el medio español. No hacen colas ni escatiman en gastos a la hora de idolatrar a su cantante preferida. De media, 1.300 o 2.000 euros se han dejado de media estos turistas, respectivamente, entre viaje, hotel, dietas y transportes. Los viajes con antelación son más económicos que los vendidos a un mes vista. De hecho, un viaje entre Toronto y Madrid puede salir por menos de 400 euros por trayecto.
DE 1.300 A 2.000 € PARA VER A TAYLOR SWIFT Y SIN CONTAR ENTRADA
Dejarse después una noche de hotel, que ronde los 200 y gastar otros 100 en comida cubriría cerca de 1.100 euros, a los que hay que sumar desplazamientos desde el aeropuerto (ida y vuelta), así como ir y volver al hotel tras el concierto. Desde EE UU, los trayectos no son tan económicos a meses vista, más si se vuela desde Nueva York. A todos estos gastos hay que sumar el valor de la entrada y no eran precisamente de precios ‘populares’.
«Los restaurantes de la zona incrementaron precios paulatinamente desde los días previos al concierto», apuntan fuentes del sector. «Especialmente las bebidas», puntualizan. Con la llegada de turistas, además, se percibió un fuerte incremento de viajeros respecto a las semanas previas y en comparación con las mismas fechas del pasado año. Para el Real Madrid y los fondos que llevan los derechos de los eventos cayeron cerca de 9,1 millones de euros, mientras que Taylor y su equipo se embolsó unos cuatro millones. El Madrid tiene una participación del el 70% en la joint venture con Sixth Street y Legends Hospitality, que abonaron 360 millones al club blanco.
No obstante, los ingresos indirectos van a parar casi íntegramente a la cantante, que reserva únicamente 15 de cada 100 euros a los distribuidores, montaje y fabricantes de sus ‘souvenirs’ para turistas y adeptos. Según un estudio del Washington Post, el 85% de los ingresos van a la artista.
MÁS AFLUENCIA, MAYORES PRECIOS: EL MERCADO IRRACIONAL
La afluencia de personas en los alrededores del Santiago Bernabéu subió entre el 20% y el 40% respecto a la misma semana de 2023, según un estudio de Nommon, una tecnológica especializada en el análisis de datos móviles. En concreto se detectó la presencia de 230.000 visitantes, una población similar a la de Móstoles, elevando la masificación al 50% por encima de lo habitual, según recoge El País.
Los fans de Taylor Swift se movilizan y lo hacen de forma desordenada, sin importar qué vender para conseguir una entrada. La reventa funcionó desde el mismo día en el que se pusieron a la venta. En pocos minutos estaban agotadas, pero ya se vendían por 5.000, 6.000 y 8.000 euros por cada una de ellas. El caos fue máximo a la hora de impedir la reventa, pero se permitió adquirir hasta cuatro entradas por operación. Los precios rondaban los precios de 85 euros en el anfiteatro trasero y 170 euros en pista general, hasta los casi 600 para disfrutarlo desde el palco.
En Alemania, donde Taylor Swift estará este jueves en el Veltins-Arena, Gelsenkirchen, las entradas oscilan entre los 190 y los 450 euros en las webs oficiales. Y sí, no están agotadas, quizá por el derroche durante la Eurocopa, donde los alemanes han sido anfitriones de un campeonato que ha ganado España.
LA MINIBURBUJA DE 24 HORAS CON TAYLOR SWIFT
Otro de los grandes beneficiados por la llegada de Taylor Swift fue Airbnb, la plataforma para alquilar pisos turísticos. Durante los días del concierto se incrementó la estancia en un 38% en comparación con los días de mayo. Es decir, casi se puso el cartel de completo a la ciudad en un momento de pretemporada. No es de extrañar este comportamiento dado que numerosos fans venían de fuera de España y «trataban de asegurar su estancia, independientemente del precio», motivo por el que la inflación aumenta. De hecho, la zona del Bernabéu estaba prácticamente llena, así como el centro de la ciudad.
No hubo fijación de precios, sino una ‘miniburbuja’ que podría ir en aumento con los espectáculos que pretende albergar el templo del Real Madrid. De hecho, aún quedan 20 conciertos más este año, con la llegada de ‘Karol G’ los próximos días. La industria busca ahora comparadores para ofrecer las ofertas más económicas, pero a 120 euros por noche comienza a ser excesivo. No obstante, los hoteles llegaron a tener precios superiores a los 200 euros en algunos tres estrellas. «No había plazas para tantos», indican. Sea como fuera, Taylor Swift es un fenómeno económico inflacionario.