Degustar comida picante no es algo recomendado para todo el mundo. La fuerza de ese tipo de sabores puede parecerle algo exquisito a muchas personas, pero otras podrían incluso enfermarse si se llevan a la boca un bocado de estas preparaciones. Pues bien, en un programa presentado por Pablo Motos, unos expertos en gastronomía fueron citados para probar el plato más picante del mundo y el resultado fue impagable.
El reto para estos maestros de la cocina fue probar un platillo picante en exceso, como lo es el ‘Infierno Atómico’, creado por un chef de Nepal, país que se caracteriza por este tipo de comidas con sabores que van más allá de lo extremo.
El ‘Infierno Atómico’ es una explosión de sabores intensos y picantes que desafía incluso a los paladares más atrevidos y resistentes. El secreto está en su combinación de chiles y especias. Los ingredientes básicos incluyen chiles Carolina Reaper (uno de los más picantes del mundo), chiles Bhut Jolokia, chiles Habaneros y extracto de Capsaicina Pura. Cabe anotar que, por precaución, un equipo médico se hizo presente en el lugar temiendo las posibles reacciones en los organismos de los comensales.
Este platillo no es para los débiles de corazón. Los restaurantes que lo sirven suelen requerir que los clientes firmen un descargo de responsabilidad antes de consumirlo, debido a los posibles efectos adversos que puede tener en personas no acostumbradas a esos niveles extremos de sabor. Entre estos efectos se incluyen sudoración excesiva, lagrimeo, y en algunos casos, un fuerte malestar estomacal.
1Reacciones al plato más picante del mundo
Una vez que los invitados llegaron al lugar, se les sirvió el plato más picante del mundo en una especie de caldero bien caliente. Allí todos lo destaparon y comenzaron a oler el aroma del platillo, coincidiendo en que emanaba un olor exquisito. Justo después de esto, el presentador del reto les dio ánimos y los instó a llevarse a la boca la primera cucharada.
Antes de probar el plato, algunos de los comensales destacaron lo apetecible que se veía, pero el rostro de la mayoría cambió luego de probarlo por primera vez. Fue bastante evidente que la fuerza del sabor los afectó a casi todos menos al experto de más edad, quien sin si quiera inmutarse dijo: «suave, súper suave», generando una gran sorpresa en sus colegas y en los que se encontraban viendo este interesante desafío.