Usar chanclas durante muchas horas seguidas puede parecer cómodo y conveniente, especialmente en climas cálidos o en situaciones de relax, como la playa o la piscina. Sin embargo, este tipo de calzado puede causar varios problemas de salud. Las chanclas, en general, ofrecen muy poco soporte para el arco del pie y no proporcionan la estabilidad necesaria para una caminata prolongada.
La falta de amortiguación adecuada puede llevar a dolores en el pie, tobillos y hasta en la espalda. Además, al tener que sujetar las chanclas con los dedos del pie, la marcha natural se ve alterada, lo que puede provocar tensión adicional en los músculos y ligamentos. ¿Te gusta llevar chanclas durante el verano? Descubre las razones para ser prudente al usarlas.
7Las chanclas carecen generalmente de buena amortiguación
Las chanclas generalmente no proporcionan una buena amortiguación para los pies, lo que puede hacer que caminar en superficies duras sea incómodo y potencialmente dañino. La falta de amortiguación significa que cada paso genera un impacto mayor en los pies.
Este impacto puede conducir a dolor en los talones y en las bolas de los pies, aumentando el riesgo de condiciones como la fascitis plantar y el dolor metatarsiano, que afectan negativamente la calidad de vida y la movilidad.