Usar chanclas durante muchas horas seguidas puede parecer cómodo y conveniente, especialmente en climas cálidos o en situaciones de relax, como la playa o la piscina. Sin embargo, este tipo de calzado puede causar varios problemas de salud. Las chanclas, en general, ofrecen muy poco soporte para el arco del pie y no proporcionan la estabilidad necesaria para una caminata prolongada.
La falta de amortiguación adecuada puede llevar a dolores en el pie, tobillos y hasta en la espalda. Además, al tener que sujetar las chanclas con los dedos del pie, la marcha natural se ve alterada, lo que puede provocar tensión adicional en los músculos y ligamentos. ¿Te gusta llevar chanclas durante el verano? Descubre las razones para ser prudente al usarlas.
6Estarás expuesta a patógenos
Las chanclas dejan gran parte del pie expuesto al ambiente, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones y hongos. Caminando por lugares públicos como piscinas, playas o baños, los pies quedan vulnerables a patógenos que pueden causar enfermedades cutáneas.
Las infecciones fúngicas como el pie de atleta son comunes entre los usuarios frecuentes de chanclas. Además, la exposición prolongada al sol sin la protección adecuada puede llevar a quemaduras solares en la piel de los pies.